Buscando vivir de feria en feria

Buscando vivir ONG Cantabria

Un jesuita involucra a 200 cántabros para ayudar a migrantes dedicados a la venta ambulante

Buscando vivir ONG Cantabria

VICENTE L. GARCÍA | Abducidos por la magia de las luces, los colores, los olores y los sonidos de la fiesta, la que sea, es difícil reparar en que, en medio de esa lúdica vorágine de alegría e ilusión, hay mucha gente que precisa de ella para “buscarse la vida”. [Buscando vivir de feria en feria – Extracto]

Las fiestas patronales o las relacionadas con tiempos litúrgicos como la Navidad o la Semana Santa, son un tiempo más de gracia para probar suerte, instalar el “chiringuito” y poner a la venta la ingente variedad de productos traídos del otro lado del charco; artesanía, bisutería, ropa y accesorios de toque exótico, música andina y productos del Comercio Justo. Todo cabe en los puestos de quienes en cada feria buscan hacerse un hueco para ganarse la vida, buscando vivir.

Las familias que responden a este perfil son el “público objetivo” de la ONG cántabra que no se complicó la vida para ponerse nombre: Buscando Vivir. La asociación nació el 24 de febrero de 1997, aunque su génesis se remonta a 1995, cuando el jesuita Aurelio Güemes hizo un viaje a Ecuadory conoció de cerca la realidad de las gentes de aquellas tierras.

jesuita Aurelio Güemes ONG Buscando Vivir

El jesuita Aurelio Güemes

A su regreso, se encontró “a las mismas gentes” que deambulaban por la ferias de Santander, Torrelavega o Santoña, por lo que se decidió a buscar el modo de ofrecerles una oportunidad.

En la actualidad, Buscando Vivir, que cuenta con casi 200 socios, desarrolla diversas tareas. “Se trata de conseguirles puestos de exposición y venta a buen precio y bien situados, para lo que mediamos con ayuntamientos y responsables de la organización de las ferias. Paralelamente, también nos preocupamos por ofrecerles una comida digna, un lugar de aseo, para dormir y hasta para el ocio”, explica Aurelio.

Una labor que ha cambiado radicalmente la vida de algunas de estas personas, como María Matilde Cáceres: “Antes era más difícil, porque no teníamos sitios donde vender y ni sabíamos cómo había que solicitar los permisos. Al principio, no tenía dónde vivir y siempre, la mayor parte del tiempo, lo pasábamos en la furgoneta. Era nuestra casa. Ahora eso ha cambiado bastante y así podemos trabajar y sobrevivir”.

María Matilde, ecuatoriana de 43 años, vive con su esposo y con sus cinco hijos. El mayor está casado y vive con su esposa e hijo en la misma casa: “Cuando tenemos ferias, estamos felices. Y, claro, cuando no vendemos, lo pasamos tristes. Este último año estamos peor… Como tengo muchos hijos, ando llevando alimentos para cocinar en la furgoneta. Claro que se sufre, pero toca luchar así”.

Además de esa ayuda más básica, continúa Aurelio, desde la ONG se desarrollan otros proyectos: “Por la importancia de que se conozca a esta gente, y en aras también de una integración, ideamos los intercambios culturales con actividades en colegios, a los que se desplazan siete jóvenes ecuatorianos. Ayudados de una presentación multimedia y de la música que ellos hacen, comparten con los niños y jóvenes aspectos de su cultura andina”.

Esta labor de información y sensibilización social se está llevando también por las parroquias y a través de diversos medios de comunicación en Cantabria.

Buscando vivir ONG CantabriaUna de las personas que participa en estos encuentros es el ecuatoriano José Jaime Moreta: “La experiencia que tenemos en los encuentros culturales es positiva, porque vemos cómo los niños se interesan por conocer otras culturas. Las diapositivas que se proyectan muestran la vida de nuestras comunidades indígenas. Y eso a los niños les gusta”. María Matilde, que también suele participar, añade: “Me siento orgullosa de exponer mi cultura indígena”.

Diálogo con las instituciones

José Jaime tiene 33 años, vive con su mujer y sus dos hijas en Santander y fue uno de los primeros beneficiados de Buscando Vivir: “Fue a raíz de que nosotros llegamos, en 1995. Tuve la oportunidad de conocer a Aurelio en las fiestas de Santiago”.

“Desde ahí estuvimos en contacto a menudo –sigue José Jaime–, aunque la unión surgió sobre todo por su ayuda ante los conflictos que teníamos, pues el Ayuntamiento no nos dejaba vender y venía la policía a desalojarnos. Entonces, ellos nos defendieron, posibilitando el diálogo con el Ayuntamiento para, en los siguientes años, poder ya instalarnos. Además de ellos, hubo más gente de aquí, de Santander, que nos ayudó y nos defendió”.

Pedro Manuel Cachiguango tiene 38 años, está casado y vive con su mujer y dos hijos en Santander. Contactó con Buscando Vivir gracias a José Jaime: “Fue en Reinosa, porque había ferias de San Mateo, hace más de 10 años. Ahí me encontré con este grupo que nos ofrecía la comida, la acogida, el aseo y nos ayudaba a tener una vida más digna”.

Buscando vivir ONG CantabriaTambién él nos cuenta cómo le va “la feria”: “Nos toca arriesgar. A veces lo pasamos muy bien y a ratos mal, cuando no se vende. Luego te acuerdas de los familiares que están lejos, en nuestro país. Pensar eso es un poco triste. Y, para dormir, lo hacemos en el coche. Los pequeños, dos que tenemos, también tienen que vivir ahí”.

Las demandas de estas gentes son claras y concisas, como las expresa María Matilde: “Queremos trabajo, para, por lo menos, poder alimentarnos. Y tener papeles en regla, para poder vivir tranquilos y en paz, y que así no nos molesten los policías. Hemos venido a España para que nuestros hijos puedan avanzar en los estudios. Allá, en Ecuador, nos faltan trabajo, dinero y útiles para que ellos puedan estudiar. Lo que quiero es que mis hijos puedan avanzar aquí”.

La formación de los hijos preocupa también a Pedro: “Con lo que sacamos, ayudamos a mis padres, en Ecuador, que tienen necesidad de nosotros. Pero también miramos mucho por los estudios de los pequeños. Que estudien lo que no he podido yo… Siquiera para salir un poco adelante. Tengo la esperanza de que Dios nos dé su bendición en esto”.

El sentimiento de agradecimiento es común en todos los atendidos por la asociación, como simboliza María Matilde: “Nos han ayudado a luchar por tener un sitio donde vender, nos han dado cursos de formación e integración social –no sabíamos algunas cosas y las hemos aprendido– y nos han facilitado la alimentación. Por muchas cosas, parecemos todos una familia”.

¡Aúpa Racing!

Si bien la mayoría de beneficiados de las acciones de Buscando Vivir son ecuatorianos, cada vez más son personas procedentes de otros países de Latinoamérica, alguno de Europa y, sobre todo, de África.

Buscando vivir ONG CantabriaA todos se les ayuda a regularizar su situación legal en nuestro país y a conservar sus tradiciones y su lengua. De hecho, han accedido a diversos programas de ayuda institucional para llevar a cabo proyectos de desarrollo en Ecuador y en la República Democrática del Congo.

Entre los acuerdos que alcanzan, tanto con instituciones públicas como con privadas, está el conseguido con el Racing de Santander, equipo de fútbol de Primera División.

Pedro Manuel Cachiguango disfruta de esa y otras actividades: “En los talleres nos abren los ojos. Nos ayudan a cuidar nuestra vida, nos aportan educación en lo social o en el medio ambiente. Hacemos rutas por la naturaleza y convivencias en pueblos de Cantabria. Cuando hay marchas y manifestaciones contra la pobreza, salimos todos a apoyar a los pobres de la tierra. Y nos divertimos en el fútbol… Gracias a Buscando Vivir, vamos unas 60 personas a ver al Racing de Santander cuando juega en casa. Vamos ecuatorianos, senegaleses, colombianos, peruanos, dominicanos y rumanos de toda Cantabria. Animamos al Racing y lo pasamos bien y con mucha alegría, sobre todo cuando gana”.

En el nº 2.786 de Vida Nueva.

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