Inmigrantes, con derecho a casi nada

Pueblos Unidos denuncia en un informe la situación de los internos en el CIE de Aluche

Centro Internamiento Extranjeros CIE Aluche Madrid - foto de Pueblos Unidos

La ONG jesuita denuncia la presión policial

FRAN OTERO. Fotos: PUEBLOS UNIDOS | Hay una cifra, entre las muchas que se publican en torno a la crisis económica, muy significativa. Los ricos son más ricos en el peor año de la crisis. Cabría preguntarse entonces: ¿quién paga las consecuencias? ¿quién soporta el peso de esta situación? Son muchas las personas, pero hay determinados grupos que se han visto afectados en mayor medida y cuyas capacidades para sostenerse son menores. Los extranjeros integran uno de estos grupos, tal y como lo ponen de manifiesto distintos informes.

El ejemplo puede encontrarse en Cataluña, donde uno de cada cuatro hijos de inmigrantes son pobres. Otro, en el que profundizará esta información, no está directamente relacionado con la crisis aunque es consecuencia. Y es que el número de inmigrantes que se queda sin trabajo y a los que sobreviene la irregularidad es cada vez mayor, circunstancia que, unida a la mayor presión policial, como denuncian las ONG, está poblando los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde las condiciones dejan mucho que desear.

Justo antes de concluir el año, Pueblos Unidos, centro de la Fundación San Juan del Castillo, miembro del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM)–España publicó un informe sobre el CIE de Aluche (Madrid), Miradas tras las rejas, que se ha convertido en una realidad gracias al trabajo de un grupo de voluntarios dedicado a apoyar a las personas internas.Centro Internamiento Extranjeros CIE Aluche Madrid - foto de Pueblos Unidos

Las cifras son preocupantes, pues, de todas las personas que la ONG visitó en 2011, se detectaron 173 situaciones de particular vulnerabilidad, así como se documentaron 14 casos de agresiones físicas y otras malas prácticas policiales, cuatro casos de atención médica deficiente, y falta de información y conocimiento de su situación jurídica.

También aumentó el trabajo de los juzgados de vigilancia y control del CIE, a pesar, según relata Pueblos Unidos, “de la escasez de recursos, de la falta de atribuciones efectivas y otras dificultades”.

Historias con nombres y apellidos

Insiste en este informe la ONG jesuita, dirigida por Daniel Izuzquiza, en que detrás de cada denuncia hay personas con nombres y apellidos, con una historia, complicada casi siempre.

Como la de un argelino que pasó seis años en la cárcel por no tener papeles. Venía buscando esperanza y, al final, por el sufrimiento, enfermó de oligofrenia y esquizofrenia.

En el nº 2.783 de Vida Nueva. Artículo completo para suscriptores

 

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