Heredaron un futuro de hambre

joven inmigrante estudiando

Uno de cada cuatro hijos de inmigrantes en Cataluña son pobres

jóvenes inmigrantes asisten a un curso de español

Jóvenes inmigrantes asisten a un curso de español

GLÒRIA CARRIZOSA SERVITJE | Ante la grave crisis económica actual, muchas familias inmigrantes han perdido el trabajo y no han podido renovar los permisos de residencia. Esta situación perjudica a sus hijos, que, sin los papeles en regla, no tienen derecho a ayudas que sí reciben los nacidos aquí. “Tener papeles determina los itinerarios de inserción de los hijos e hijas de familias inmigradas. La situación de los padres condena a la misma irregularidad a sus hijos. Tienen dificultades para tramitar ayudas públicas como rentas mínimas de inserción social y becas escolares y de comedor”, afirma Violeta Quiroga. [Siga aquí si no es suscriptor]

Violeta Quiroga es doctora en Antropología Social y autora del extenso informe Abriendo ventanas. Infancia, adolescencia y familias inmigradas en situaciones de riesgo social, una investigación que expone las diferentes situaciones de fractura social que sufre este colectivo en Cataluña, no solo con cifras, sino desde la óptica de los profesionales de programas de integración, y con relatos de vida de jóvenes. Es un informe elaborado por la Fundación Pere Tarrés, con fondos del Secretariado para la Inmigración de la Generalitat de Cataluña y de Unicef España.

“La falta de becas de comedor es un drama. Los niños que van a casa están solos, pues los padres trabajan y los pequeños llegan a pasar hambre”, explica Quiroga. Lo que más le ha impactado de la gente con la que se ha entrevistado es “la situación de crisis y de abandono de esta parte de la población en esta época de recortes. Los niños son los más desvalidos, no tienen voz. La impotencia llega a los profesionales, que no tienen nada que ofrecer”.

jóvenes inmigrantes en un curso de cocina

Cáritas Diocesana de Barcelona ha doblado la población atendida en los dos últimos años: 60.000 personas han recibido ayudas en el 2011. Preocupa en especial el aumento de la pobreza infantil. Uno de cada cuatro niños en Cataluña es pobre.

“Nos enfrentamos a situaciones que no podemos controlar: un paro muy elevado, la incerteza de no ver el final del túnel. Lo que vivan ahora estos niños les acompañará en el futuro como un lastre que no se puede soltar”, explica Mercè Darnell, responsable de programas y servicios de Cáritas Barcelona.

En este sentido, es esperanzador el documento de bases del Pacto para la Infancia en Cataluña, que ha presentado Josep Lluís Cleries, conseller de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Cataluña. Tienen un año para promover grupos de trabajo con las distintas entidades y partidos con representación parlamentaria y elaborar un gran pacto que prevenga los riesgos de exclusión de los menores.

Consecuencias en la educación

Otro estudio de la Fundación Jaume Bofill alerta de que los hijos de los padres sin recursos forman el grupo con menos posibilidad de conseguir un título de educación postobligatoria. Muchos jóvenes inmigrantes abandonan sus estudios en la ESO. “Constatamos que no son los menores los que fracasan, sino el sistema escolar”, afirma la investigadora Violeta Quiroga. Son jóvenes que deben luchar contra muchos factores adversos: dificultades en la comprensión del idioma, ruptura de los itinerarios escolares, falta de apoyo por parte de la familia en sus estudios, etc.

Una de las primeras mujeres que investigaron el fenómeno migratorio en España, la catedrática de Sociología Rosa Aparicio, de la Universidad Pontificia Comillas, considera que gran parte del problema se debe al profesorado. “Muchos hacen valer sus prejuicios y tienen a los hijos de inmigrantes catalogados de antemano como no válidos para continuar sus estudios”. En una época tan difícil como la adolescencia, los jóvenes necesitan motivación para estudiar.

“Tan solo la formación puede ofrecerles un futuro mejor. El problema es que la mayoría quieren un trabajo rápido porque necesitan dinero para ayudar a sus familias”, explica Quiroga.

La solución pasa por refuerzos escolares entre autóctonos y foráneos. Pero en época de recortes económicos, más ayudas parecen del todo improbables.

joven inmigrante estudiando

La formación es un pilar fundamental para la integración de estos chavales

Ante este gris panorama, destaca el Proyecto Rossinyol, pionero en España, que lidera la Universidad de Gerona desde hace cuatro años. Está inspirado en el programa mentoring, de gran implantación en países como Alemania u Holanda. Los estudiantes universitarios voluntarios “acompañan” a los hijos de inmigrantes en los centros de Secundaria.

El proyecto parte de la convicción de que el guía personal puede favorecer la integración socialy el desarrollo personal y formativo de los niños recién llegados. Según los responsables, la iniciativa está dando buenos resultados, porque “permite que los adolescentes participen en actividades de ocio y descubran ámbitos a los que dificilmente accederían”.

“En época de bonanza económica no se hizo nada para apoyar a este sector de la población –argumenta Quiroga–. Teníamos un 20% de pobreza infantil y ahora estamos en el 25%. Con la crisis actual, su situación se ha convertido en un polvorín”. El ejemplo de los disturbios de Francia, provocados por hijos de inmigrantes de tercera y cuarta generación, y también en Inglaterra el pasado verano, son un peligroso precedente que el Gobierno debe tener en cuenta. “Es cierto que la crisis puede aumentar el sentimiento de frustración entre los hijos de inmigrantes, y provocar conflictos”, razona Rosa Aparicio, directora de la revista Migraciones.

En países como Suecia o Dinamarca, está demostrado que con buenas medidas, estos jóvenes llegan a la universidad, y este es el símbolo de una mejor integración. La primera generación pasa más apuros, pero después todo cambia. Esta situación es la que han superado en España muchos hijos de familias obreras. Después de Grecia, España está a la cola de Europa en ayudas sociales.

El consejo de Violeta Quiroga es que no se recorte más en lo social: “Si se traspasa la línea roja, nos arrepentiremos dentro de diez años. Un porcentaje destacado de población juvenil tendrá un sentimiento de desarraigo muy profundo hacia esta sociedad que les ha marginado”.

Un polvorín que puede estallar

El 44% de la juventud española está en paro y, en el caso de los inmigrantes, la situación es más dramática. Las calles se llenan de adolescentes ociosos. “Algunos se acercan a las bandas para cubrir los déficits que tienen –extrae de su estudio Violeta Quiroga–. Se sienten excluidos del sistema y corren más riesgo de iniciarse en la delincuencia. Los jóvenes extranjeros no tienen una red familiar que les proteja y que les pueda ofrecer algún trabajo”.

Cáritas siempre ha apostado por la formación. Promueve espacios de orientación laboral con itinerarios formativos que los jóvenes en paro deben recorrer para mejorar sus habilidades (confección de currículum vítae, búsqueda de trabajo, preparación de entrevistas laborales). Estos conocimientos se complementan con cursos formativos en diferentes sectores como la hostelería, el comercio, la alimentación o la mecánica de vehículos. Además, ofrece un acompañamiento a los jóvenes y apoyo en la propia búsqueda de trabajo.

Este no es un programa destinado exclusivamente a la población inmigrante, aunque es uno de los colectivos que más lo necesita. Cáritas está atendiendo a un 67% de personas de origen extranjero, de las cuáles casi un 80% son jóvenes.

El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, preocupado por la dramática situación de tantos jóvenes y consciente de que sin trabajo les será muy difícil salir adelante, ha querido celebrar sus bodas de oro sacerdotales pensando en ellos. La colecta de la celebración litúrgica de este aniversario, el pasado 6 de noviembre en la Sagrada Familia, que además coincidió con el primer aniversario de la dedicación de la basílica, se ha destinado íntegramente al proyecto Jóvenes en paro. El cardenal ha pedido que quien quiera hacerle un obsequio, destine el importe a esta iniciativa de Cáritas

En el nº 2.783 de Vida Nueva.

 

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