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La sencilla verdad de Edith Stein


Un libro de Ezequiel García Rojo (Editorial de Espiritualidad, 2011). La recensión es de José María Avendaño Perea.

La sencilla verdad de Edith Stein Ezequiel Garcia Rojo Editorial de Espiritualidad - Portada

La sencilla verdad de Edith Stein. Vivir en las manos del Señor

Autor: Ezequiel García Rojo

Editorial: Editorial de Espiritualidad

Ciudad: Madrid

Páginas: 200

JOSÉ MARÍA AVENDAÑO PEREA | En Adviento, tiempo de esperanza y de una realidad divina muy necesaria en esta época “recia” para tantos hombres y mujeres, presento un libro alentador: La sencilla verdad de Edith Stein (Editorial de Espiritualidad), del carmelita descalzo Ezequiel García Rojo.

A Edith Stein, mujer con gran humanidad, filósofa, cristiana, carmelita, mística y mártir, elevada a los altares como santa Teresa Benedicta de la Cruz, buscadora incansable de la verdad, alumna del fenomenólogo Edmund Husserl, le salió al encuentro la Verdad de Dios, revelada en Jesucristo. Se incorpora a la Iglesia católica, habiendo recibido el bautismo a los 30 años: “He aprendido a amar la vida desde que sé para qué vivo”.

Todo lo cobija, teoría y praxis, bajo la experiencia cristiana de Dios: “Cristo es el centro de mi vida y la Iglesia de Cristo, mi patria”. Para ella, es esencial ponerlo todo en las manos de Dios, porque así nos sentimos ayudados. Traigo a colación al beato Carlos de Foucauld, quien se dirige a Dios en términos semejantes: “Padre mío, pongo mi vida en Tus manos”.

Si la oración es encontrarnos con Dios, “tratar de amistad con quien sabemos… nos ama”, decía santa Teresa de Jesús, con nuestras ilusiones y sufrimientos, entonces experimentaremos que esa plegaria nos pone en las manos de Dios, sin separarnos de los hermanos; arrebujados en Dios.

De tal modo que, para Edith Stein, lo nuclear queda recogido en esta bella expresión suya: “En el fondo es una verdad pequeña y sencilla, la que siempre tengo que decir: ‘Cómo se puede comenzar a vivir en las manos del Señor’”. He aquí una de las claves de su andadura cristiana.

Casi 200 páginas escritas con fluidez, cuidada expresión y sobresaliente rigor en el trabajo de investigación. Siete capítulos con los hitos fundamentales de la existencia cristiana de esta mujer fiel, valiente, creíble testigo de Jesucristo y de su Iglesia, y santa. 44074 era el número que llevaba cosido a su hábito en el campo de concentración de Auschwitz cuando fue asesinada en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942. Días antes de morir, dejó escrito: “Ahora nos es dado experimentar un poco cómo se puede vivir sostenidos interiormente”.

Nos dice acertadamente el autor: “Lo que anuncia, lo profesa; de ahí la coherencia y autoridad que contagia la figura de Edith Stein”. Un testimonio hermoso, entrañable y fuerte bastón de apoyo en los caminos o cañadas oscuras de la vida, para conocer a una de las patronas de Europa y confortar la confianza incondicional en Dios. Gracias, Ezequiel.

En el nº 2.780 de Vida Nueva.

Actualizado
09/12/2011 | 08:38
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