“Abrir el armario”

CIRIACO BENAVENTE MATEOS | Obispo de Albacete

“En la Navidad, Dios se hizo pobre para enriquecernos. ¡Que el asombro nos endulce el corazón y nos ablande el alma para que “viviendo sencillamente, otros, sencillamente, vivan””.

“He recurrido a usted porque no sabía a qué puerta llamar. Comemos gracias al suministro de Cáritas, que en esta ocasión ya lo hemos consumido. No sé qué voy a dar mañana a mis hijos”. Así me decía, con lágrimas en los ojos, con tanta cortesía como vergüenza, una mujer de mediana edad.

Sabemos que casos como el anterior son lo habitual en los países pobres. Con la crisis y el consiguiente paro que no cesa de crecer, estas situaciones van siendo cada vez más habituales en los que, hasta hace poco, eran países ricos. A ver si la cercanía al problema nos abre los ojos para ver las carencias de acá, y, de paso, para ver las de allá.

Nuestra campaña de Adviento-Navidad de Cáritas se enmarca en un lema sugerente y provocativo: Vive sencillamente para que otros, sencillamente, vivan. Creo que la frase es de Gandhi, pero chorrea Palabra de Dios.

El lema viene acompañado de un gesto sugerido para cada semana. ¿Saben cuál es el de esta semana, cuando escribo esta columna? Es tan simple como elocuente: “¡Abrir el armario!”. Dios mío, ¡cuánto nos sobra a algunos!; ¡cuánto les falta a otros!

En la Navidad, Dios se hizo pobre para enriquecernos. ¡Que el asombro nos endulce el corazón y nos ablande el alma para que “viviendo sencillamente, otros, sencillamente, vivan”.

En el nº 2.780 de Vida Nueva.

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