Jóvenes, católicos y sobradamente preparados

escuela de pastoral juvenil de adsis noviembre 2011

La Escuela de Pastoral Juvenil de Adsis se abre a otras realidades eclesiales

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MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Los ecos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) continúan muy presentes, pese a que hayan transcurrido más de tres meses desde la celebración presidida en Madrid por Benedicto XVI. Hasta el punto de que varias diócesis, en la elaboración de sus planes pastorales, ya han anunciado que buscan adecuar su trabajo con la juventud según las directrices marcadas en la JMJ. La propia Conferencia Episcopal, como se anunció en su reciente Asamblea Plenaria, también trabaja en la preparación de un encuentro nacional de pastoral juvenil. Pero, además de estos proyectos diocesanos, hay otras alternativas desarrolladas desde hace muchos años a cargo de movimientos seglares o congregaciones religiosas. Una de las principales es la Escuela de Pastoral con Jóvenes, que acaba de cumplir su décima edición. [Siga aquí si no es suscriptor]

Fue en el Campus La Salle, en Madrid, los días 19 y 20 de noviembre, cuando hasta 190 animadores de toda España dieron un paso que supuso un antes y un después en la Escuela. Y es que esta, nacida como un proyecto de Adsis, por la propia iniciativa de este movimiento laical, ahora es una red de trabajo en la que están presentes otras realidades eclesiales como los marianistas, los escolapios, La Salle, la Congregación Romana de Santo Domingo o ACIT Joven, ligada a la Institución Teresiana.

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Pedro J. Gómez y Álvaro Chordi durante las jornadas

Como explica a Vida Nueva el coordinador de la Escuela, Álvaro Chordi, “las nueve anteriores ediciones, desde Adsis, planteábamos el tema a tratar e invitábamos a personas de otras instituciones para que ampliaran nuestra perspectiva. Cada vez hemos ido abriendo más la Escuela. Hasta que este año, definitivamente, hemos apostado por formar una red, a su vez, con las redes locales en las que colaboramos. Es decir, que si trabajamos con los marianistas de una ciudad o con La Salle en otra, la Escuela ofrece un punto de encuentro común para todas las realidades sin distinción de ámbitos particulares. Así es como nace una red de redes en la que cada edición queremos que se incorporen más grupos”.

Algo en lo que ha tenido mucho que ver el Fórum de Pastoral con Jóvenes (FPJ), celebrado hace tres años. Convocadas por los escolapios, más de 2.000 personas se reunieron en Madrid. De ello, “nos ha quedado un estilo parecido y la conciencia de la necesidad de que tenemos de unirnos en redes”, concluye Chordi.

La seña de identidad de las jornadas fue el ambiente familiar y de profunda fe que se mantuvo todo el fin de semana, donde hubo espacio para lo formativo –desde conferencias hasta talleres por grupos– y para la celebración, con dinámicas y una eucaristía en la que abundaron los gestos de comunión y fraternidad.

Crear ambientes creyentes

Como explicaba el lema del encuentro, el objetivo era Crear ambientes creyentes con jóvenes. De ahí que lo primero que haya que hacer es tener conciencia real del ambiente en el que los cristianos viven hoy, en España y en todo el entorno occidental. “Solo podemos vivir y crecer como creyentes dentro de un clima social. Este ha cambiado radicalmente en pocos años y ha traído unas condiciones diferentes para que los jóvenes accedan y personalicen su fe”, afirmó en su charla Pedro José Gómez Serrano, del Instituto Superior de Pastoral.

escuela de pastoral juvenil de adsis noviembre 2011Así, el reto realista no es lanzarse a las masas, sino generar “oasis relacionales llenos de vida creyente. Estos ambientes, lejos de encarnarse como ghetto, han de aceptar vivir como minoría –débil y frágil, pero con capacidad transformadora, como la sal y la levadura– inmersos en la cultura actual, siendo fermento y contraste contracultural desde el Evangelio”, explicó Gómez Serrano. Quien advirtió: “Una de las tentaciones que podemos vivir en la Iglesia es la de realizar una pastoral de invernadero que puede dar buenos resultados a corto plazo, pero que no prepara para la relación con la sociedad contemporánea”.

El propio Chordi, en su ponencia, explicó que “la realidad ambiental que vive cada joven determina, en gran medida, su experiencia creyente. En una sociedad secularizada como la nuestra, hacen falta ambientes creyentes que permitan configurar la fe de los jóvenes. Ambientes llenos de fe en los que los jóvenes sean protagonistas y constructores de ambientes creyentes desde sus propias claves culturales”.

Esta apuesta por la coordinación y el establecimiento de redes se percibió con toda claridad en los 14 talleres en los que se compartió el conocimiento de diversos colectivos que generan ambientes juveniles; unos con carácter permanente (centros juveniles, unidades pastorales, comunidades virtuales, espacios de interioridad, albergues de peregrinos) y otros puntuales (JMJ, iniciativas diocesanas, pascuas juveniles). Natxo Gutiérrez, presente en los mismos, valoró el que los participantes “extrajeran claves y herramientas metodológicas para el acompañamiento ambiental en sus propios lugares de origen”.

Como todos los presentes destacaron, otro aspecto que caracterizó la Escuela fue el protagonismo que tuvieron los propios jóvenes, quienes ofrecieron numerosos testimonios con sus experiencias de fe en sus comunidades y con propuestas de actuación válidas para el conjunto.

Merçé Tous, de ACIT Joven, defendió que se percibe una búsqueda espiritual en muchos jóvenes y, por eso mismo, “vivimos un tiempo de oportunidad para presentar experiencias creyentes de calidad que destaquen lo esencial de la fe”. Un tiempo de oportunidad que, pese a darse en un contexto socioeconómico marcado por la falta de trabajo, ofrece “esperanzas”. Juan Miguel Gálvez, de La Salle Joven, abordó la necesidad de testigos con auténtica experiencia de Dios y que puedan ofrecer ese testimonio esperanzado en su día a día.escuela de pastoral juvenil de adsis noviembre 2011

Por su parte, Noemí Gorriti, de Adsis Joven, destacó que la prioridad ha de ser constituir “espacios donde hacer experiencia creyente, desde la que tener una relación cercana, amistosa y de confianza con Jesús, personalizada para cada joven”. Pablo Sánchez, de ACIT Joven, apoyó esta visión y apuntó que, “en ese espacio, el joven ha de ser el protagonista, ayudándole el animador pastoral a descubrir el potencial que tiene dentro, con un itinerario flexible y un grupo que acompañe”.

El diálogo con los jóvenes fue acompañado por animadores, como Joan Balcells, de Adsis, quien pidió “no caer en la tentación de controlarlo todo por parte de los responsables. Si es necesario, hay que dejar que los jóvenes se equivoquen”. Igualmente, subrayó la importancia del trabajo a largo plazo, “no buscando resultados inmediatos, sino propiciando ambientes flexibles, abiertos y plurales”.

También desde una perspectiva institucional, Nano Pardo, de La Salle, afirmó que es clave “ofrecer itinerarios cortos y múltiples, elaborados y adaptados a las necesidades y sensibilidades de los jóvenes”. En línea con lo que ha representado esta edición de la Escuela, defendió la importancia del trabajo en red, para compartir itinerarios juveniles con otras instituciones pastorales.

Iñaki Sarasúa, responsable de la pastoral marianista, quiso destacar que el espíritu vivido a lo largo de todo el encuentro, que fue “de alegría, humildad, confianza y esperanza en estos tiempos difíciles”, ya fue un “signo claro de que el Espíritu está presente y activo en esta aventura apasionante que es la pastoral con jóvenes”. En definitiva, jóvenes aunque sobradamente preparados (JASP). Y católicos.

Una formación profesionalizada

Todos los responsables de la pastoral juvenil, sea cual sea la realidad eclesial de la que provengan, siempre señalan que la formación es un eje clave. Hace tres años, el Movimiento Adsis, los marianistas y los escolapios entendieron que esa “profesionalización” debía partir, en primer lugar, de los encargados de planificar, coordinar y animar tal trabajo con los jóvenes.

Fue entonces cuando nació el Curso Especializado de Pastoral con Jóvenes (CEPAJ), donde hasta el momento se han formado un total de 40 animadores responsables de grupos juveniles. Además de un aprendizaje técnico, teórico y un mayor desarrollo personal, han obtenido el título de ‘Especialistas universitarios en pastoral con jóvenes’, reconocido de un modo oficial por La Salle con más de 200 horas de formación pastoral.

En el nº 2.779 de Vida Nueva.

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