Con los menores en riesgo, al lado de los más desvalidos

niños pequeños en riesgo viendo la television

niños pequeños en riesgo viendo la television

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística ha hecho públicos nuevos datos sobre la delincuencia en menores. El número de adolescentes condenados con sentencia firme por la Justicia se ha disparado un 41% desde 2007 (año del inicio de la crisis económica en los Estados Unidos). Y la cifra es alarmante: 18.238 jóvenes. La mayoría son españoles, siendo Andalucía la comunidad autónoma que más condenas de este tipo concentra, seguida de la Comunidad Valenciana, Cataluña y la Comunidad de Madrid.

Pero los datos y las cifras, que siempre resulta útil conocer, ponen de manifiesto realidades más profundas y, desde luego, provocan la reflexión a muchos niveles: social, educativo, institucional, familiar, eclesial… Es importante analizar los datos y las razones que llevan a tantos adolescentes a la delincuencia, pero mucho más lo es acercarse a ellos, acompañarlos y trabajar duro para impedir situaciones de riesgo. Esto, que para cualquier otra instancia puede resultar aconsejable, para la Iglesia resulta una exigencia evangélica y un imperativo categórico.

Todos los esfuerzos son pocos para evitar que las cifras aumenten. La Vida Consagrada, siempre en la frontera y fiel al propio carisma de cada congregación, está a la vanguardia tanto en la acción como en la reflexión. De hecho, acaban de celebrarse los pasados días 25 y 26 de noviembre las XII Jornadas de Infancia y Adolescencia en riesgo, organizadas conjuntamente por CONFER, Cáritas y la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que cuenta, dentro del Departamento de Pastoral Penitenciaria, con una Sección de Menores, cuya gestión ha asumido recientemente Carlos Escribano Subías, obispo de Teruel y Albarracín.

Causas del fracaso escolar

Bajo el lema El fracaso escolar, un reto para la educación formal e informal, los objetivos para esta edición han pasado por analizar y reflexionar sobre las causas del fracaso escolar, conocer la respuesta que ofrecen los agentes educativos ante el fracaso escolar (administraciones públicas, escuela, educadores “no formales”, las familias y los propios jóvenes) y, sobre todo, proponer líneas de trabajo concreto y operativo desde cada uno de los agentes educativos. Entre las actividades desarrolladas, destaca la ponencia de Julio Rogero, maestro y miembro del Movimiento de Renovación Pedagógica Escuela Abierta: ¿Niños que fracasan o sistema educativo que no responden a los objetivos de educar?

Tratándose de menores en situaciones de riesgo, muchas son las congregaciones que, por su carisma, se sienten llamadas a responder a esta necesidad. Es el caso, por ejemplo, de los terciarios capuchinos, más conocidos como amigonianos. Precisamente, uno de ellos, el P. José Demetrio Narbona Santamaría, es coordinador de la mencionada Sección de Menores desde octubre de 2008.

Una de las obras apostólicas que regentan, gracias a un convenio con la Consejería de Justicia y Bienestar Social de la Generalitat Valenciana, es el Proyecto Educativo ‘Colonia San Vicente Ferrer’, en Godella (Valencia). En el centro se atiende a 65 menores de ambos sexos, comprendidos entre los 14 y 18 años, que han sido sancionados con medidas judiciales de internamiento en régimen semiabierto o abierto y convivencias en grupo educativo.

El Sistema Pedagógico Amigoniano (SIPAA), elaborado con la práctica educativa por el obispo P. Luis Amigó, está inspirado en el humanismo cristiano y tiene un carácter profundamente humano, social y evangélico. Se pone al servicio del joven para ayudarle a descubrir sus capacidades y a asimilar los valores fundamentales de la vida, de modo que se convierta en activo constructor de una sociedad mejor.

La presencia fecunda y esperanzada de los amigonianos se extiende a cerca de una veintena de centros educativos y de acompañamiento por toda la geografía española, como, por ejemplo, la Ciudad de los Muchachos de A Coruña, Villa Betania en Málaga, la Casa de los Muchachos de Torrelavega (Cantabria) o el Hogar Saltillo de Portugalete (Vizcaya).

LEVADURA

La acción educativa de la Iglesia, llevada a cabo sobre todo por las congregaciones religiosas, no se circunscribe a la enseñanza reglada, a colegios concertados o de pago. ¿Qué sería de muchos jóvenes, de muchos niños en situación de riesgo, de madres adolescentes… si no fuese por la acción generosa y entregada de los religiosos? Por sus frutos los conoceréis… como reza un reciente libro de Juan María Laboa que ilustra bien el fondo y la forma de esta acción a lo largo de la historia.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.779 de Vida Nueva.

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