El Episcopado japonés insta a cerrar las centrales nucleares

centra nuclear Fukushima tras el accidente
centra nuclear Fukushima tras el accidente

Vista aérea de la central nuclear de Fukushima tras el accidente

J. L. CELADA | Durante su reciente Asamblea Plenaria, los obispos de Japón han hecho un llamamiento al Gobierno para que cierre cuanto antes las centrales nucleares del país. Así lo ponen de manifiesto en el documento Poner fin a la energía nuclear hoy: sobre la necesidad de tener en cuenta la catástrofe provocada por el trágico accidente de Fukushima Daiichi, presentado en rueda de prensa cerca de la catedral Motoderakoji, de Sendai, la diócesis más afectada por el siniestro.

Ya en 2001, otro texto episcopal advertía que, “para evitar una tragedia, debemos desarrollar medios alternativos seguros de producir energía”. Tragedia que “se ha hecho realidad con el accidente de Fukushima Daiichi”, lamentan ahora los prelados, al tiempo que recuerdan cómo el país vive ya con muy pocas centrales en funcionamiento (de los 54 reactores instalados, solo diez siguen hoy en activo).

Japón posee “una cultura, una sabiduría y una tradición para las que vivir en armonía con la naturaleza es un elemento central”, sostienen los pastores. Y si el sintoísmo y el budismo han contribuido a difundir este estado espiritual, “en el cristianismo, tenemos igualmente la voluntad de vivir con sobriedad”. De ahí la necesidad de “repensar el modo de vida” y “adaptar nuestros comportamientos, excesivamente dependientes de la energía nuclear”.

Para el obispo de Nigata, Kikuchi Isao, “tras la catástrofe de Fukushima se imponía una reflexión”, por lo que el documento que acaba de ver la luz invita a la ciudadanía a “cambiar y simplificar su estilo de vida”. “Hoy –defiende uno de los firmantes en entrevista con Fides–, la mayoría de la población comparte los temores a los efectos negativos de la energía nuclear (…). Lo hemos discutido entre nosotros, los obispos, y quizá recibamos críticas, pero la realidad es que el mayor bien es la protección de la vida y la salvaguardia de la Creación”.

Por todo ello, Isao pide al Gobierno “invertir más en nuevas fuentes de energía, como la solar”, aunque aclara que el documento episcopal no pretende meterse en política, sino que es “de naturaleza religiosa y social”, y cuenta con “el apoyo de todas las religiones”.

En el nº 2.778 de Vida Nueva.

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