Comienza en Madrid la Asamblea de los obispos españoles
Inauguración de la Plenaria de la CEE, hoy en Madrid
M. GÓMEZ | La XCVIII Asamblea Plenaria de los obispos españoles ha sido inaugurada hoy, lunes 21 de noviembre, en Madrid, con el discurso de su presidente (PDF), el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela. Unas palabras con los jóvenes como claros protagonistas, a partir de los cuales ha hablado de la crisis económica y de valores, y también de asuntos ‘intraeclesiales’, como la elaboración del próximo Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
El presidente de la CEE ha dedicado gran parte de su amplio discurso (17 páginas) a repasar con detalle el antes y el durante del acontecimiento que ha marcado a la Iglesia en España durante 2011 y, al parecer, la marcará también para el futuro: la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011.
Rouco Varela ha calificado JMJ del pasado agosto como “una emocionante experiencia eclesial y una fiesta perfecta” con “un valor espiritual y pastoral inmenso –¡incalculable!–” para todas las diócesis de España y para toda la sociedad.
“Madrid y España entera quedaron gozosamente sobrecogidas; en particular, nuestras comunidades eclesiales: ¡hay una juventud de hoy, alegre, educada, sacrificada, expansiva y comunicativa que es Iglesia al cien por cien! ¡Es posible transmitir la fe a las nuevas generaciones! Mejor dicho: ¡son los mismos jóvenes quienes se han convertido en evangelizadores de sus compañeros y de los mayores!”.
JMJ, una asamblea de comunión eclesial
Y continuaba: “La JMJ no ha sido una concentración azarosa y amorfa; la JMJ ha sido una gran asamblea de comunión eclesial. Los números no valen solo de por sí: no se trata antes que nada de enumerar grandes cifras. Lo importante ha sido la cualidad eclesial de los grandes números. Lo emocionante ha sido el buen ser Iglesia de tantos y tantos jóvenes en torno a Pedro, con sus pastores y con sus educadores en la fe, poniendo de relieve que la Iglesia, en su comunión jerárquica, es un don inapreciable de Dios para la humanidad”.
A la hora de calibrarla, Rouco ha señalado que “No es posible medir ni contar los efectos exactos que la gracia de la JMJ haya podido tener en el corazón de los fieles, jóvenes y mayores. Pero sí sabemos que son muchos los jóvenes y los mayores que han sido tocados por esa gran manifestación de fe; y que no son pocas las conversiones que se han operado y que seguirán produciéndose gracias a ella”, como el acercarse a los sacramentos (“Consta que hay lugares donde se ven ahora colas junto a los confesionarios”), o el suscitar vocaciones religiosas o al matrimonio.
Una sociedad relativista en tiempos de crisis
Rouco asegura que, gracias al impulso de la JMJ, su ilusión y su esperanza, también la sociedad “se ha visto como aliviada, cuando atravesamos momentos de tensiones y dificultades. No podemos olvidar la gravísima crisis económica, descubierta ya en el verano de 2008, que no hace más que agravarse en toda Europa y también en España. Urge intensificar nuestra respuesta pastoral”.
Aquí, cardenal llama a “acrecentar la implicación de todos en el servicio de la caridad y de la solidaridad con los que más sufren los efectos de la crisis”, incrementando los recursos económicos y el voluntariado.
Pero también ha señalado las causas más profundas de la crisis, remitiéndose al magisterio de Benedicto XVI y a la Declaración ante la crisis moral y económica, aprobada por la Plenaria de la CEE en noviembre de 2009. Unas causas que no solo están en las actuaciones de los mercados y el sistema financiero, sino en las actuaciones políticas y legislativas.
“Se trata, en síntesis, y en el fondo –ha indicado el presidente de la CEE–, de la pérdida de valores morales, que va de la mano del relativismo y del olvido de Dios y de su santa Ley, cuyas consecuencias son la corrupción política y económica, la codicia, la búsqueda del propio interés a toda costa, el menosprecio de la vida humana mediante políticas y conductas abortistas y antinatalistas, la desprotección y la disolución institucional del matrimonio y de la familia, la instrumentalización y el deterioro de la educación. Todo ello no puede conducir más que a situaciones sociales y económicas muy delicadas”.
“Los jóvenes son precisamente los más afectados por ese trasfondo de relativismo moral, de escepticismo espiritual y religioso y de concepción egocéntrica e individualista del ser humano y de la vida”, opina el cardenal de Madrid, mientras pide para ellos “una educación integral que no se reduzca a una pobre y a veces inmoral transmisión de conocimientos, sino que les capacite para el desarrollo de todas sus posibilidades humanas”.
Próximo congreso de pastoral juvenil
Dado que la Iglesia española está decidida a recoger los frutos de la JMJ y “aprovechar el impulso apostólico que de ella se deriva”, la juventud será prioritaria en el futuro Plan Pastoral de la CEE.
“Antes de un año” se realizará un congreso nacional sobre pastoral de la juventud, planteado como “un foro en el que los responsables diocesanos y de otros ámbitos eclesiales puedan reflexionar en común y recibir estímulos para el trabajo que hay que proseguir y mejorar”.
Se quiere prestar atención a la formación doctrinal, un objetivo que se reforzará con la convocatoria del Año de la fe (que comenzará el 11 de octubre de 2012), y promover la participación de los jóvenes en la liturgia y la oración.
El asociacionismo de los jóvenes católicos
El objetivo de todas las actividades, acciones y planificaciones es “ofrecer cauces para que los jóvenes puedan acceder al encuentro personal con Dios en Cristo y para ser capaces de ordenar su vida de modo duradero hacia Él”.
Por eso no vale cuando los jóvenes participan en “actividades apostólicas más o menos esporádicas y quedan luego abandonados a los ambientes y grupos de diversión despersonalizadora e inmoral”, o cuando “se les deja solos consumiendo su tiempo aislados frente a alguno de sus aparatos informáticos o de comunicación”.
Frente a esto, “es necesario ofrecerles cauces asociativos: a poder ser los ya conocidos y experimentados, sean antiguos o más nuevos, siempre de acuerdo con las enseñanzas y directrices del Papa”.
En el Plan Pastoral también tendrá un espacio destacado la pastoral del matrimonio y la familia, una realidad “gravemente herida, en España y en el mundo, por el individualismo hedonista y el positivismo jurídico, a los que ha conducido el alejamiento de Dios y de la verdadera humanidad”. En este contexto, durante esta Plenaria se estudiará el documento La verdad del amor humano, que se pospuso en marzo por falta de tiempo.
Apoyo y colaboración al nuevo presidente del Gobierno
El cardenal Rouco Varela ha terminado su mensaje inaugural con una declaración de “apoyo espiritual” para Mariano Rajoy, presidente electo del Gobierno salido ayer de las urnas.
“Desde nuestro ministerio de Pastores del Pueblo de Dios, deseamos a quienes han sido elegidos para gobernar, en tiempos tan difíciles, acierto, serenidad y espíritu de servicio en su noble y decisiva tarea. Como siempre hace la Iglesia con los gobernantes, les ofrecemos el apoyo espiritual de nuestras oraciones y las de todos los católicos”.
“Ofrecemos con ese fin nuestra específica y humilde colaboración. La modélica cooperación de todas las instancias concernidas del Estado, de uno u otro color político, entre ellas y con diversos sectores de la sociedad -no solo con la Iglesia-, puesta de manifiesto con ocasión de llevar a buen puerto la celebración de la JMJ, ha de ser calificada de modélica. Ojalá que pueda repetirse en el futuro, no solo para ocasiones extraordinarias, sino también en la vida de cada día”.
Los próximos acontecimientos de relevancia para la Iglesia en España que se van a abordar en esta Plenaria son, entre otros, el ya citado Año de la fe; la declaración de san Juan de Ávila como doctor, aún sin fecha, pero acompañado de varias acciones; o aspectos relacionados con el quinto centenario (en 2015) del nacimiento de santa Teresa de Jesús.
