Marc Ouellet: “El obispo debe ser un evangelizador en el contexto de hoy”

Cardenal Marc Ouellet prefecto Congregacion para los Obispos

El prefecto de la Congregación para los Obispos habla con ‘Vida Nueva’ sobre el modelo de pastor

Cardenal Marc Ouellet prefecto Congregacion para los Obispos

VidaNueva.es | En junio de 2010, Benedicto XVI puso al cardenal Marc Ouellet, un hombre de su absoluta confianza, al frente de la Congregación para los Obispos y de la Pontificia Comisión para América Latina. En una entrevista concedida a Vida Nueva en Roma (a los corresponsales Antonio Pelayo y Darío Menor), Ouellet aborda asuntos como el modelo de obispo que busca la Santa Sede.

“En el encuentro con los jóvenes obispos que realizamos cada año, insistimos siempre en que deben ser maestros y testigos de la fe. El obispo tiene que ser capaz de exponer y de defender la fe”, debe “ser un evangelizador en el contexto de hoy en día, en el que prima la Nueva Evangelización” y ha de tener “presente también el pontificado en el que nos encontramos, en el que hay una gran insistencia en el diálogo entre la fe y la razón. Se necesita una nueva apologética, una capacidad para dar las razones de la fe”, señala el cardenal Ouellet en la entrevista que Vida Nueva publicará en su próximo número (nº 2.778, con fecha de 26 de noviembre).

Además, “el obispo también debe ser un hombre de comunión”, que “cuide y asegure la unidad” con sus colaboradores, no solo con los sacerdotes, sino con “tantos otros carismas que son muy importantes para la vida y la misión de la Iglesia local”, porque “la diócesis no es solo el obispo y su clero”.

El tercer requerimiento que señala el cardenal canadiense es imprescindible para el mundo de hoy: “Ojalá también tenga facilidad para la comunicación. Ha de estar familiarizado con este mundo, ser abierto al diálogo con los medios modernos de comunicación. Hoy en día esto es casi ineludible.

Descoordinación entre el obispo y la Conferencia Episcopal

A lo largo de la extensa entrevista, Ouellet apunta a la falta de coordinación que a veces se produce entre el obispo y la respectiva Conferencia Episcopal: “Es un equilibrio no siempre fácil. Yo lo viví personalmente”. Y, en este sentido, asegura que “la Conferencia debe ser de ayuda al obispo local. Lo importante es el obispo local, es él el heraldo de la fe. El testimonio de la fe viene ante todo de la predicación del obispo. Si uno hace callar al obispo en su diócesis, estamos mal”.

En cuanto a la Iglesia en Latinoamérica, el purpurado valora el papel del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano): “Está un paso por delante respecto a otros casos”, y pone como ejemplo la orientación hacia la Nueva Evangelización de la Asamblea de Aparecida, o, de manera más general en el continente, el uso que los episcopados hacen de los medios de comunicación.

Asegura que “las relaciones son óptimas” entre el CELAM y la Pontificia Comisión para América Latina que él preside: “La información circula en ambas direcciones y, ahora, estamos tratando de impulsar varios proyectos”.

En el nº 2.778 de Vida Nueva. Lea aquí un resumen de la entrevista, y, si es suscriptor, la entrevista completa.

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