“La crisis vocacional no es achacable a los defectos de los religiosos”

La recién terminada Asamblea General de CONFER subraya su voluntad de comunión eclesial

Asamblea CONFER 2011 mesa presidencial

ÁLVARO REAL. Fotos: LUIS MEDINA | Durante tres días, del 15 al 17 de noviembre, los religiosos y religiosas de España han profundizado, en la XVIII Asamblea General de CONFER, sobre los objetivos marcados para este trienio: la esperanza, la comunión eclesial, las vocaciones y el testimonio de Vida Consagrada (VC). Y es que, como explicó el presidente de la institución, el jesuita Elías Royón, en el saludo inicial, “el futuro de la Vida Consagrada no se juega en el número de personas con que cuentan las congregaciones: está fundado en la calidad de nuestras vidas en el seguimiento de Jesús; en el gozo y la radicalidad con que testimoniemos a Jesucristo en nuestro mundo”.

La Asamblea, que reunió en Madrid a 325 superiores y superioras mayores de toda España, dio comienzo con la Eucaristía, presidida por el nuncio en España, Renzo Fratini, y concelebrada por el obispo de Santander, Vicente Jiménez, presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada; el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, y el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, junto con Royón y otros miembros del Consejo General de CONFER.

Vicente Jimenez nuncio Fratini Elias Royon asamblea Confer 2011

El obispo Jiménez, el nuncio Fratini y Elías Royón, en la Asamblea General de CONFER 2011

Fraternal y basado en la comunión eclesial fue el saludo de Fratini a los participantes, a quienes recordó que “el Evangelio es definitivo, para siempre y no se pueden hacer relecturas” de él. Asimismo, destacó la importancia de vivir la radicalidad del Evangelio, que “se expresa en la relación filial con la Iglesia”, y animó a los religiosos y religiosas a “confesar abiertamente su identidad”.

“Los jóvenes –destacó al hacer alusión a las futuras vocaciones– necesitan testigos de amor a Jesucristo”; y exhortó a que la radicalidad evangélica debe vivirse a través de la comunión “con la Iglesia, representada en sus obispos, con la propia familia religiosa, con los laicos y en la propia misión”.

De igual manera se expresaba Vicente Jiménez en su primera intervención en una Asamblea General como presidente de la Comisión Episcopal, subrayando la importancia de la pastoral vocacional, que “constituye el testimonio más difícil y más delicado”. “No hay nada más coherente en una vocación que engendrar nuevas vocaciones”, enfatizó.

En el corazón de la Iglesia

El nuevo responsable de las relaciones episcopales con los religiosos y religiosas se presentó “para servir con alegría a la Vida Consagrada”, y recordó que “los obispos la miramos como algo nuestro, algo que está en el corazón mismo de la Iglesia”.

El recuerdo del discurso de Benedicto XVI en su encuentro en El Escorial con religiosas jóvenes y el tema de la pastoral vocacional fueron las dos líneas clave de su primer discurso, en el que destacó que “el testimonio de las personas consagradas debe ser cada vez más significativo en una sociedad fuertemente marcada por la secularización y la indiferencia religiosa”. Por ello, animó a “sembrar la semilla de la vocación, sabiendo que siempre hay corazones buenos que acogen la semilla y darán el fruto que se espera”.

Asamblea General confer 2011

Participantes en la Asamblea General de CONFER

Para finalizar el acto de inauguración, Elías Royón hizo memoria de las actividades más importantes de CONFER desde la Asamblea anterior, destacando el estrechamiento de relaciones con la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, que “se construye con los encuentros personales, los gestos de acogida fraterna, el disolver prejuicios y favorecer ambientes para el diálogo sincero y constructivo”.

“La Vida Religiosa es esencialmente un servicio en la Iglesia y para la Iglesia”–destacó el jesuita–, “un servicio que los religiosos prestan en las Iglesias locales, desde su ser de consagrados y desde su actuar misionero, según los carismas que le son propios”.

Al abordar el tema de la comunión eclesial, reconoció que “se agrandan los cauces de encuentro”, y, dirigiéndose a los obispos, agradeció cuando “desde el servicio de la autoridad se nos indican lagunas y se nos advierte de actuaciones a corregir”.

Aunque también mostró su preocupación “al constatar que algunas congregaciones religiosas se vienen situando al margen de CONFER como institución y están ausentes de sus actividades”. “Nos alegraría que, con la colaboración de todos, esta situación fuera cambiando, como igualmente que se establecieran relaciones respetuosas y fraternas con otros grupos y movimientos eclesiales”, expresó Royón, en un directo alegato a la comunión entre todos.

Con valentía y realismo abordó el presidente el tema de la actual escasez de vocaciones: “Existe y es lógico una preocupación por la disminución progresiva del número de religiosos y religiosas”, expresó, alertando a la vez de que esa preocupación debe ser “evangélica” y “no angustiosa”.

Asimismo, invitó a los representantes de la Vida Consagrada en España allí presentes a realizar autocrítica y acercarse a algunas preguntas con honestidad, sin “defendernos ni justificarnos, pero también sin culpabilizarnos, ni dejarnos atrapar por el desengaño o la desilusión”.

“¿Atrae la Vida Religiosa a los jóvenes? ¿Ha dejado de ser fragancia de Cristo? ¿Sus modos de vivir y de actuar han dejado de atraer a los jóvenes más generosos?”, se preguntó en voz alta.

Royón pidió un discernimiento ante lo que cataloga de “complejo fenómeno vocacional de nuestro tiempo”, donde “un cúmulo tal de circunstancias y de cambios profundos se ha verificado con tal rapidez en nuestra sociedad y en la misma Iglesia, que a veces tenemos la tentación de pensar que cada vocación es un verdadero milagro”.

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Cartel de la Asamblea General de CONFER 2011

“Es posible afirmar con objetividad que la crisis vocacional no es achacable a los defectos y debilidades de los religiosos”, reivindicó, frente a las críticas que en ese sentido se deslizan en determinados ambientes, aunque también advirtió que “debe ser mayor la preocupación por la calidad que el número de los candidatos” y que no se trata de “tener más novicios o novicias a cualquier precio”.

Vida transparente

Para alentar las vocaciones religiosas y combatir una cultura que elogia y premia la eficacia y el éxito, Royón abogó en su discurso por “la transparencia en el modo de vivir y actuar; una visibilidad que muestre la coherencia de vida y misión; que se hagan visibles las actitudes de Jesús y los valores de las Bienaventuranzas”, reivindicando también como seña de identidad el atractivo de “la pobreza, la simplicidad de vida y la vida comunitaria”.

“Solo si nosotros mismos, nuestras comunidades e instituciones hablamos el lenguaje simbólico de la vida que interpela al corazón, será posible interesar a los jóvenes por la vocación a la Vida Religiosa”, expresó el jesuita, “porque toda vocación es un don gratuito y misterioso de Dios, pero la calidad de nuestras vidas es la imagen visible de su llamada”.

No perder la esperanza y el análisis de las debilidades de la pastoral vocacional fueron los temas que abordaron las dos ponencias marco de los días de Asamblea General. Así, el religioso claretiano Juan Carlos Martos, con el título: ¿Cabe aún la Pastoral Vocacional en nuestros proyectos? Avisos útiles en tiempos de desaliento… y esperanza, mostró que la “la Iglesia es cuna de vocaciones”, apostando por intensificar la cultura vocacional teológica, espiritual y pedagógicamente, con “la siembra vocacional, la propuesta vocacional y el acompañamiento vocacional”. “No estamos en tiempos de pesimismo, sino que es tiempo de esperanza”, expresó.

Juan Carlos Martos explicó que es necesario seguir “remando mar adentro”, porque “Dios sigue llamando”; “el anuncio del Reino y la vocación siempre van unidas”; “la llamada sigue siendo atendida con generosidad” y “la Iglesia es obra de Dios y cuna de vocaciones”.

También Rosa Ruiz, claretiana, mostró cómo se ha de pasar de una cultura evocacional a una pastoral provocacional, pidiendo una pastoral vocacional específica y mostrando la “sobrecarga de cargos”, la “omisión compartida” o los “procesos formativos iniciales por goteo” existentes. Para la religiosa, la pastoral vocacional es “integral e integradora”, nace “de la experiencia y el discernimiento” y tiene carácter coral, es “carismática y de comunión”.

La Asamblea finalizó con la ponencia del redentorista Joseph W. Tobin, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, y la posterior Eucaristía, presidida por él. En su alocución, Tobin abordó los desafíos y esperanzas de la Vida Religiosa (de los que informaremos en el próximo número de Vida Nueva).

La evaluación del Macrofestival de la JMJ, la elección de un vocal al Consejo General, paneles de religiosos y religiosas de edad media o la presentación de las Memorias de Secretaría General y de Economía completaron tres intensos días de reflexión, debate y comunión.

En el nº 2.777 de Vida Nueva.

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