Los bicentenarios en España

(Juan Rubio– Director de Vida Nueva España)

La Iglesia participará en los actos de la celebración del Bicentenario de las Cortes de Cádiz con un programa propio. La Diócesis de Cádiz y Ceuta, en España,  prepara los actos para el próximo año. De forma paralela, en algunos episcopados latinoamericanos se vienen celebrando actos más en la línea de la celebración del bicentenario de la independencia. Una y otra efemérides vienen a mostrar el giro histórico que aquellos años supusieron. No solo nacieron nuevos países, sino que también nació España como nación. Una ocasión más para reforzar las relaciones eclesiales con los países hermanos y para ofrecer la mano, una vez más, a la sociedad, a la que nunca estuvo ajena la Iglesia, sino que  la alentó para la recuperación de su libertad.


En la Iglesia española se vivirá estas efemérides desde las claves de la Evangelización. No son tiempos para celebraciones triunfalistas, sino para celebraciones de fraternidad. Si bien fue mucho lo que en el plano de la evangelización España aportó a América, también fueron muchos los errores. Es hora de alimentarse mutuamente pues mucho se alimentó esta incipiente nación de la fuerza de muchas gentes del continente hermano. Es hora de mirar más a lo que nos une que a lo que nos separa y hoy la Iglesia española debiera reforzar los vínculos entre los países hermanos y alimentarse de sus bondades. Hay ocasiones para ello, no solo en el plano histórico y cultural, sino también en el plano eclesial. Un mayor conocimiento del rico patrimonio de aquellas iglesias, puede ayudar a España a enriquecer su fe. Son muchos los ciudadanos de países latinoamericanos que hoy viven en suelo español en donde están inyectando una religiosidad que en muchos lugares de España se va perdiendo. Gracias a ellos, a sus iniciativas, a su presencia, a la riqueza de su fe, en muchos rincones y parroquias de España se mantiene viva la vivencia de la fe. Hemos de ser receptivos y seguir aprendiendo de ellos mucho de lo que hemos perdido. Por eso estas celebraciones pueden ser la ocasión propicia para el agradecimiento y la acogida en un mundo más globalizado y en una Iglesia que ha de potenciar su universalidad.

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