El comunicado de ETA y los obispos

JOSÉ LORENZO, redactor jefe de Vida Nueva | El comunicado de ETA –con las cautelas oportunas– es una gran noticia para la sociedad española. Así lo han acogido, incluso, los partidos políticos, por una vez de acuerdo en lo esencial. Pero en la Casa de la Iglesia, en Madrid, costó dos preguntas sobre el tema que el portavoz episcopal reconociese que los obispos españoles –reunidos en Permanente la tarde en la que la banda terrorista evidenció el error de su horror– también se habían alegrado.

La prensa apenas se hizo eco de ese sentimiento, lo que habla a las claras de nuestra relevancia social. Casi mejor, porque, si no, tal vez alguien hubiese reparado en que había un punto de vinagre de más en el aliño con el que se sirvió la valoración sobre la decisión etarra. Y no entraría en la cabeza de nadie pensar que la Iglesia no pueda alegrarse por una noticia así.

Afortunadamente, los obispos vascos no dejaron resquicio a la duda y dieron un paso más, al ofrecerse como cauce para sanar las heridas y lograr la reconciliación. [Seguir leyendo]

En el nº 2.774 de Vida Nueva.

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