Rafael Zornoza toma posesión de Cádiz y Ceuta

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Tras 18 años de servicio episcopal de Antonio Ceballos al frente de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, el pasado sábado 22 de octubre, su sucesor, Rafael Zornoza, tomó posesión en la catedral gaditana de su nuevo destino. Al día siguiente, el hasta ahora obispo auxiliar de Getafe, haría lo propio en la otra sede diocesana: Ceuta.

En Cádiz, 23 obispos, 200 sacerdotes y unos 1.200 fieles –incluida una representación de otras confesiones cristianas– acompañaron a ambos en una eucaristía que simbolizaba el cambio en la titularidad episcopal. El nuncio papal, Renzo Fratini, que presidió la misa, se mostró muy cariñoso con Ceballos, agradeciendo su labor en todos estos años y destacando que, “con su actuación, ha sabido llegar al corazón de los diocesanos”.

Zornoza, en su homilía, no precisó directrices o plan pastoral alguno. Antes bien, señaló el objetivo final: “Profundizar en nuestro seguimiento de Cristo”. Y, consecuentemente, “nuestra gran meta: evangelizar”.

Consciente de la realidad social de su nueva diócesis, puso énfasis a la hora de denunciar el “escándalo” de la pobreza y la falta de trabajo. Con una mención expresa a los inmigrantes –“no son números, son personas”–, abordó la necesidad de “restablecer la primacía del ser sobre el tener”.

Previamente, Antonio Ceballos le había presentado a su nueva feligresía, explicando a su sucesor que se iba a encontrar “con muy buena gente”; pero también con una serie de problemas, como el paro y la pobreza. Respecto a su labor evangelizadora, el ya obispo emérito, que se retirará a una casa de las Hermanitas de los Pobres en Jaén, resumió así su experiencia: “Me voy tras una maravillosa aventura, en estas tierras y en estos mares. La pesca ha sido abundante, pero no todos los peces han entrado en la red”. Pese a todo, afirmó orgulloso: “Merece la pena ser obispo de Cádiz y Ceuta”.

En el nº 2.774 de Vida Nueva.

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