Entre lo urgente y lo necesario

Astilleros de Galicia demandan más trabajo

NORBERTO ALCOVER, escritor y periodista | Reflexión inicial nuclear. Para desgracia nuestra, la política socioeconómica que ha tenido que adoptar José Luis Rodríguez Zapatero, todavía presidente del Gobierno, es la única posible en el contexto de la Unión Europea (UE), al que nos debemos como socios, y socios un tanto pobretones. Seguro que el líder socialista, cuya autoinmolación ha encajado como un caballero, no tuvo alternativa, puesto que la ruptura de relaciones con nuestros socios europeos y la muy probable salida del euro nos hubiera hundido en la ruina final.

N. Alcover

Por tanto, es preciso, y de forma complementaria, advertirle al presidente y al socialismo en general que, si todo lo anterior fue necesario en nuestro contexto histórico, también es absolutamente urgente solucionar la tremenda cuestión del desempleo, como fatal y prioritaria consecuencia de la política seguida a petición de la UE.

Toda política que no contemple como finalidad recortar el número de parados será una política inmoral por falta de la fraternidad debida a los más débiles de nuestra sociedad.

Tres precisiones futuras

1. Las elecciones del 20 de noviembre no modificarán la situación antes expuesta. Cuando el PP tome el poder, se encontrará con idéntico marrón, y es un clamoroso interrogante qué hará para superarlo mejor que los socialistas anteriores.

Yo no acierto a saberlo, dadas las pocas explicaciones programáticas previas que Mariano Rajoy y sus adláteres nos permiten conocer. Seguramente, apretarán aún más el cerco pecuniario, los célebres recortes, para contener más el déficit y controlar el fantasma de la deuda externa.

Cuando la realidad es la misma y el contexto no cambia,
las alternativas socioeconómicas
son muy difíciles que aparezcan
por arte del economista de turno.

No nos hagamos ilusiones: cuando la realidad es la misma y el contexto no cambia, las alternativas socioeconómicas son muy difíciles que aparezcan por arte del economista de turno. Puede que resulten más creíbles porque todavía no se han desgastado en el poder, pero les auguro días muy tensos a la hora de enfrentarse con indignados, sindicatos, oposición… Porque la calle aún es de las izquierdas, en detrimento de una derecha que solo se manifiesta por cuestiones morales.

2. Los sindicatos, desde hace años bastante silenciosos, errarían si ahora, con la llegada del PP, comenzaran a calentar el ambiente, impidiendo que el nuevo Gobierno pueda llevar adelante sus meditadas decisiones, aunque resulten un tanto duras.

En el nº 2.773 de Vida Nueva (artículo completo para suscriptores).

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