‘Another year’: cultivando la felicidad

J. L. CELADA | Cada estreno de Mike Leigh –y van unos cuantos desde 1972– es siempre una buena noticia para quienes defendemos que este arte puede (y debe) hacernos más humanos. Y es que el padre de Secretos y mentiras, Todo o nada o El secreto de Vera Drake se mantiene fiel a la que considera su “responsabilidad” como director: “Mirar al mundo y hablar sobre él”, erigirse en respetuoso notario de una realidad a menudo hostil para sus personajes, pero entre la que, de uno u otro modo, trata de abrirse paso la vida en sus más diversas expresiones.

A sus 68 años, aquella exigencia profesional es ya también una preocupación personal por el discurrir del tiempo y por cómo gestionar mejor los días, los meses, las estaciones… que jalonan el camino que queda por delante. Así, hasta toparse silenciosamente con otro año, ese Another year que da título a su último trabajo, una historia en la que no parece ocurrir nada relevante.

Sin embargo, las largas y jugosas conversaciones que vertebran la narración dan cuenta con asombrosa naturalidad de los pequeños y grandes dramas cotidianos que inquietan a ese puñado de seres al asalto de la felicidad.

Extraviados en su búsqueda de un horizonte diferente y necesitados de alguien con quien hablar, recalan en el hogar de un matrimonio amigo al que Leigh sitúa como contrapunto de ese desasosiego vital. Allí, en torno a la mesa, copa en mano, sus desengañados huéspedes descubren los valores de una existencia apacible y sencilla: la palabra oportuna, el gesto amable y el hombro mullido donde reposar la cabeza y aliviar soledades y rutina.

Como su pareja protagonista, el veterano realizador nos propone compartir esa sensación de bienestar (una luz de esperanza en una filmografía más habituada al retrato grisáceo de la clase media-baja británica); aunque respetando el derecho a la intimidad de los anfitriones tanto o más que la fragilidad emocional de sus invitados, a los que en ningún momento somete a juicios o reprimendas.

Another year transcurre al ritmo que marcan la primavera (nacimiento incluido), el verano (y su barbacoa), el otoño (y la semilla del amor germinando en una joven pareja) y el invierno (con la muerte a cuestas). Una cadencia sobria, como la propia puesta en escena, pero inapelable. La que corresponde a una cinta que, en su afán por hacernos partícipes de la generosa hospitalidad o de la infinita paciencia de unos y del eterno descontento de otros, va dejando tras de sí destellos de un cine honesto y cercano.

Sus imágenes y diálogos, de una elegante serenidad y contención, sostienen y administran con extraña facilidad las emociones que (re)mueven esta nueva película de Leigh. Las mismas que vienen haciéndolo desde hace décadas, porque la naturaleza cumple sus ciclos y las plantas nos regalan regularmente sus frutos, pero las raíces de este cineasta permanecen inalterables, a salvo de efímeros cultivos de temporada.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Another year.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Mike Leigh.

FOTOGRAFÍA: Dick Pope.

MÚSICA: Gary Yershon.

PRODUCCIÓN: Georgina Lowe.

INTÉRPRETES: Jim Broadbent, Lesley Malville, Ruth Sheen, Oliver Maltman, Peter Wight, David Bradley, Imelda Staunton.

En el nº 2.773 de Vida Nueva.

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