Una inyección de valores e ilusión para la escuela

Zaragoza acogió el XVII Congreso Mundial de Educación Católica

Representantes de un centenar de naciones asistieron a las jornadas en Zaragoza

J. LORENZO | “Trabajar por los derechos humanos de los niños es una necesidad urgente en muchos lugares del mundo”, sostiene el religioso Ángel Astorgano. Y por esa razón, la Oficina Internacional de la Educación Católica (OIEC), de la que él es secretario general, ha celebrado en Zaragoza, del 18 al 21 de octubre, su XVII Congreso Mundial de Educación Católica, bajo el lema La Escuela, un lugar de esperanza para los derechos humanos.

Más de 600 expertos de 102 países se han dado cita para, entre otras cuestiones, “presentar el trabajo que la Escuela Católica está haciendo por la creación de una cultura a favor de los derechos humanos, desde la alfabetización básica hasta el uso de las nuevas tecnologías, a la vez que, para reflexionar y debatir los desafíos concretos que al mundo de la educación nos presenta en la sociedad actual, llena de transgresiones a los derechos humanos, y el papel que les corresponde a los integrantes de la comunidad educativa, bien se trate de profesores, padres o alumnos”, según señalan los organizadores.

“El derecho a una vida digna para todos debe ser el ideal de fuerza que lleve a esmerarse en la educación de las nuevas generaciones”, señaló Astorgano en la jornada inaugural, en la que estuvo acompañado también por el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica; el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña; o la presidenta de la Comunidad Autónoma de Aragón, Luisa Fernanda Rudi.

El secretario general apuntó también que es precisamente en estos momentos de crisis donde el pesimismo puede conducir a la desmotivación y a perder la confianza en el futuro, cuando la Escuela Católica “puede y debe ser un lugar donde, sembrando semillas de esperanza en el futuro, tengamos frutos de emoción, de ilusión y de confianza, sin duda valores que ahora están poco extendidos en la población”.

En este mismo sentido se ha pronunciado José Luis López Carreras, el director de este congreso, el primero que la OIEC celebra en España desde su fundación, en 1952 en Suiza: “La sociedad, con todo lo que está cayendo, necesita una inyección de ilusión. Y este congreso debe estar basado en la ilusión, porque la ilusión está en la escuela”.

El congreso está estructurado en “cinco momentos” para el análisis de las respectivas situaciones en los cinco continentes, con especial atención a aspectos como la solidaridad, la convivencia y la tolerancia, la educación y la convivencia intercultural… Estos espacios para la reflexión se complementaron con diversas ponencias.

Otro aspecto muy importante analizado esos días estuvo centrado en definir e impulsar las iniciativas necesarias a través de las redes sociales para responder positivamente a un futuro donde mejore la educación en la esperanza del respeto a los derechos humanos. Como señala López Carreras, “con las 210.000 escuelas católicas que la OIEC tiene asociadas en el mundo, lo que supone 44 millones de alumnos, podemos convertirla en una red tecnológica, en una sociedad en la que compartamos conocimiento. Y nosotros queremos compartir conocimiento con otras partes del mundo. Pero no hablamos solo de compartir conocimientos básicos, sino de compartir una formación en valores y en ilusión”.

“El liderazgo educativo, motor de cambio”

J. L. | También con el objetivo de proyectar a sus centros de cara al futuro, y en un mundo global en plena transformación, está pensado el próximo Congreso de Escuelas Católicas, que, con el lema El liderazgo educativo, motor del cambio, se celebrará en Madrid del 24 al 26 de noviembre, bajo la presidencia de honor de los Reyes de España.

En los últimos tiempos, esta asociación, que engloba a más de 2.000 colegios, está centrada en proporcionar líneas maestras de actuación que lleven a sus centros a formar parte activa en el cambio de paradigma educativo y pedagógico que se está viviendo. En este sentido, su apuesta por la innovación educativa se está traduciendo ya de manera efectiva en brindar a profesores, directores y titulares de los centros las herramientas necesarias en torno a las inteligencias múltiples, las metodologías activas centradas en el alumno, los sistemas de evaluación, las destrezas en el pensamiento para aprender a aprender…

Como señalan desde Escuelas Católicas, “se trata de ofrecer a los colegios que quieran innovar todo el apoyo que necesiten para llevarlo a cabo y adaptarse a ese nuevo modo de educar que demanda la sociedad actual”.

En el nº 2.773 de Vida Nueva.

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