La Iglesia guatemalteca convoca una ‘Marcha por la Paz’

Datos de la ONU y otros organismos revelan más de 15 muertes violentas a diario en el país

Una de las muchas manifestaciones que a diario piden justicia

PABLO ROMO CEDANO. MÉXICO DF | La Iglesia católica de Guatemala ha convocado el 22 de octubre una ‘Marcha por la Paz’ para “manifestar el repudio a los altos índices de violencia que registra el país” y exigir mayor “seguridad para los ciudadanos” que padecen esta situación. En rueda de prensa, el arzobispo metropolitano de Santiago de Guatemala, Óscar Julio Vian Morales, exhortó a los fieles y a “todos los hombres de buena voluntad” a expresar públicamente la “defensa de la vida, construir la paz y rechazar la cultura de la violencia y la muerte que, según las estadísticas, cada día mata a más de 15 guatemaltecos”.

Por todo ello y por “otros problemas como el tráfico de drogas, la desnutrición y la extorsión, la Iglesia católica en Guatemala llama a la reflexión, a la oración y al compromiso de todos, para privilegiar la dignidad de los seres humanos como hijos de Dios”, recordó el prelado salesiano.

La caminata, a la que –según los organizadores– se espera que acudan más de 40.000 personas, se ha promovido en las 143 parroquias de la capital y de los departamentos cercanos, y en la invitación se insta a los fieles a vestir de blanco y acudir con un sentido de fe y la confianza de que “sí es posible un cambio”. Los participantes han sido convocados en cuatro puntos (el Cementerio General, el Hipódromo del Norte, la Parroquia de Candelaria y el Centro Cívico situado frente al Ayuntamiento de la capital), desde los cuales marcharán hacia la Plaza de la Constitución, donde, hacia las tres de la tarde, el primado celebrará una eucaristía como cierre del acto.

Combatir la pobreza

No será esta la primera marcha de este tipo organizada por la Iglesia en el país. Ya el 10 de enero pasado, tuvo lugar otra ‘Caminata por la Paz’ a instancias del recién nombrado Óscar Julio Vian. Entonces, el nuevo arzobispo estuvo acompañado por su predecesor en el cargo, el cardenal Rodolfo Quezada Toruño, quien en su homilía subrayó la urgencia que los cristianos tienen de trabajar por la paz, “paz que se consigue combatiendo la pobreza”.

Mientras tanto, Guatemala ha incrementado notablemente sus índices de violencia en los últimos dos años. Según un estudio reciente de una oficina especializada de la ONU, proporcionalmente a su población (unos 14.500.000 de habitantes), es uno de los países más peligrosos de la región y más violentos de todo el mundo, hasta el punto de que se producen a diario cerca de 18 muertes violentas, y también uno de los que contabiliza mayor número de asesinatos (42 por cada cien mil habitantes) de toda América Latina.

Ya en 2007, otro informe de Naciones Unidas sobre violencia en Guatemala apuntaba que “el país atraviesa hoy uno de los momentos más violentos de su historia. En los últimos siete años, la violencia homicida ha aumentado más de un 120%, pasando de 2.655 homicidios en 1999 a 5.885 en 2006. Este crecimiento equivale a un aumento mayor al 12% por año desde 1999, superando ampliamente al crecimiento poblacional, inferior al 2,6% anual”.

Desde Naciones Unidas, que ha analizado de cerca la evolución de esta triste estadística a raíz del seguimiento que mantiene de los Acuerdos de Paz de los 90, se reconoce que, en el pasado, la violencia y el crimen estaban vinculados con la guerra interna que este país sufrió durante más de tres décadas, pero ahora se deben a la disputa territorial y al control del mercado del crimen.

Cabe señalar que, durante el mandato del presidente Álvaro Colom (2007-2011), el índice de pobreza también se ha incrementado en Guatemala, lo que ha forzado a miles de personas, sobre todo campesinos e indígenas, a emigrar en busca de oportunidades en los Estados Unidos. El mandatario, quien dejará su cargo cuando se celebre la segunda vuelta electoral el 6 de noviembre, sostiene, sin embargo, que nunca en la historia de su país la policía ha realizado tantas detenciones como en los últimos cuatro años: “La Policía Nacional Civil –destaca– realizó 15.122 arrestos en los primeros cinco meses del presente año”. Un modelo que, como el de su homólogo mexicano al que ha seguido los pasos, ofrece dudosos resultados: cárceles llenas y un estado de violencia que no cesa.

En el nº 2.773 de Vida Nueva.

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