Llamados a construir una sociedad más justa

Mensaje del Episcopado canadiense a los jóvenes católicos de su país

Un joven canadiense en la JMJ de Madrid

J. L. CELADA | La Comisión Episcopal ‘Justicia y Paz’ de la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá ha animado a los jóvenes de su país a comprometerse, en nombre de su fe, en la construcción de “una sociedad más justa y más feliz”. Asimismo, les agradecen y felicitan por su “generosidad y perseverancia en el momento de emprender esta misión en diversos sectores de la sociedad”.

Este Mensaje a los jóvenes católicos sobre la justicia social se produce en el marco del Año Internacional de la Juventud que Naciones Unidas declaró para el bienio 2010-2011 y que, bajo el lema Diálogo y comprensión mutua, tiene como finalidad hacer participar a los jóvenes en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Este llamamiento tiene lugar, además, cuando no han pasado ni dos meses desde que concluyera otro de los acontecimientos que han marcado este año a la juventud del mundo entero: la JMJ de Madrid.

Testimonio de solidaridad

En esta coyuntura, el breve texto episcopal propone el “testimonio de solidaridad”, compartido con la Iglesia católica, de cuantos “emplean medios para combatir la pobreza, las enfermedades, las injusticias, las ilegalidades, las violaciones de los derechos humanos y el deterioro del medio ambiente”. “Frente a estos desafíos, podéis tener la tentación de desanimaros y refugiaros en vuestro propio bienestar”, alertan los prelados, que invitan a sus destinatarios a “utilizar vuestro coraje y vuestra energía para derribar los obstáculos que parecen insuperables”.

Tras destacar –en palabras del Papa– “la gran riqueza” que constituye la edad juvenil “para vosotros, pero también para los demás, para la Iglesia y para el mundo”, los pastores recuerdan la creciente importancia de “los valores de la simplicidad, del compartir y de la justicia en nombre del Evangelio”, para hacer frente a un mundo dominado por “el consumo, la acumulación de riquezas materiales y el ganar dinero”. Una realidad que interpela al joven cristiano, porque “las dimensiones personal y social de la fe son indisociables”, hasta el punto de que “el compromiso por la justicia social es una manera concreta de poner manos y pies a nuestra fe y a nuestro amor”.

El mensaje del Episcopado canadiense concluye invitando a los jóvenes católicos a “ser testigos del amor de Cristo para el mundo, ofreciendo testimonios en las comunidades cristianas, las instituciones de enseñanza y otros lugares pertinentes, con el fin de sensibilizar a otros jóvenes sobre los grandes desafíos del mundo actual a la luz de la enseñanza social de la Iglesia”.

En el nº 2.771 de Vida Nueva.

Compartir