Bloquean la ley que criminaliza a los inmigrantes en Alabama

La Iglesia católica y otras confesiones cristianas ya habían denunciado esta legislación

PABLO ROMO CEDANO MÉXICO DF| La jueza Sharon L. Blackburn, de Birmingham, acordó días atrás posponer la aplicación de la Ley Alabama HB 56, que criminaliza la presencia de migrantes en ese Estado del sureste de los Estados Unidos. En un comunicado emitido la víspera de la aplicación de la ley, a finales de agosto, la magistrada señaló que “necesita más tiempo para evaluar el alcance de la ley que restringe los derechos de los inmigrantes”.

Esta ley, cuya entrada en vigor estaba prevista para el 1 de septiembre, afecta gravemente a los inmigrantes sin papeles, particularmente de origen mexicano y centroamericano. De ahí que el arzobispo de Los Ángeles (California) y presidente del Comité para Asuntos Migratorios de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU., José H. Gómez, asegurara que “la Iglesia católica proporciona servicios pastorales y sociales a todas las personas sin distinción y no vigila los papeles y la legalidad de su estancia. Nuestra misión es proveer del cuidado necesario, sea pastoral o social, a todos los hijos e hijas de Dios”.

El arzobispo de la segunda ciudad con más mexicanos del mundo llamó al Congreso estadounidense a ser “comprensivo” ante la cuestión migratoria, pues “nuestra nación está necesitada de una solución federal a fin de afrontar el reto de la inmigración que haga un balance entre el imperio de la ley y los principios humanitarios”.

Solidaridad y apoyo

Además, Gómez expresó su “solidaridad y apoyo” al arzobispo Thomas J. Rodi, de Mobile, y al obispo Robert J. Baker, de Birmingham –ambos incardinados en territorio de Alabama–, y a otros líderes religiosos que se oponen a la implementación de esta ley racista.

Previamente, el arzobispo Rodi había señalado en una carta pastoral que la legislación es tan cruel que criminaliza a los sacerdotes que bauticen indocumentados, escuchen su confesión o les prediquen el Evangelio. “Con esta nueva ley es ilegal que escuchen las Escrituras en clase o realizar con ellos un grupo de reflexión bíblica”, afirmaba. La ley llega al extremo de que no se puede invitar a los sin papeles ni siquiera a los grupos de Alcohólicos Anónimos, que sesionan en algunas parroquias, pues eso supone una actividad criminal.

También el Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM se ha posicionado en contra de la iniciativa legislativa y en defensa de los obispos denunciantes, a través de un comunicado de solidaridad con José H. Gómez.

En él, se afirma con claridad: “La movilidad humana, la inmigración interna y externa son fenómenos masivos que marcan el mundo actual de la globalización, donde las leyes de oferta y demanda de la mano de obra de los mercados se imponen. Celebramos y tenemos presente la tradición de los Estados Unidos como un país de migrantes y su legado histórico de libertad religiosa. Creemos que la vida humana y su dignidad inherente nunca debe ser reducida a la sola lógica del mercado, corriendo el riesgo de considerarla como un objeto o una mera mercancía”.

Por su parte, el Gobierno mexicano ha emitido una guía sobre la Ley HB 56 en la que describe cómo comportarse si una persona es detenida y cuáles son sus derechos. Dentro de los nuevos delitos que establece esta ley, figura el transportar, ocultar u hospedar a personas a sabiendas de que están indocumentadas, incluso si se trata de su familia; de igual forma criminaliza el fomentar que personas indocumentadas visiten el Estado de Alabama, así como alquilar un lugar para vivir a una persona aun cuando se sepa que está indocumentada. La ley está promovida en gran medida por el Tea Party, la formación ultraconservadora que participa en las actividades del Partido Republicano.

Además de la Iglesia, líderes religiosos de diferentes denominaciones cristianas se pronuncian por una reforma migratoria profunda en todo el país para evitar la persecución, la detención y el encarcelamiento de los miles de hispanos que trabajan y producen riqueza para esa región. Cabe recordar que, en el Estado vecino de Georgia, el pastor bautista Martin Luther King nació y desarrolló una intensa actividad a favor de los derechos civiles y contra el racismo, que aún era legal en muchas expresiones a mediados de los años 60.

En el número 2.770 de Vida Nueva

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