Ayudas

Chema Caballero(Chema Caballero– Misionero javeriano en Sierra Leona)

“Solo los que están sobre el terreno, compartiendo su vida, día a día, con la gente, fueron capaces de percibir la realidad, pero a nadie le interesó escuchar su denuncia.”

Los salesianos de Etiopía y la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) han denunciado que la ayuda enviada al Cuerno de África, para paliar la hambruna que sufre, ha llegado tarde y está mal distribuida. En diciembre de 2010, estas dos instituciones ya advirtieron de lo que veían venir, pero nadie les hizo caso; ¿por qué?

Tanto experto, tanto organismo internacional…, y nadie pudo prevenir el desastre. Solo los que están sobre el terreno, compartiendo su vida, día a día, con la gente, fueron capaces de percibir la realidad, pero a nadie le interesó escuchar su denuncia.

Ahora todas las organizaciones, que hace un año hicieron oídos sordos, se han lanzado a recaudar fondos para sus planes de emergencia. Tan solo ponen parches (imprescindibles, en la presente situación) sin atacar las raíces de tantas muertes.
Las sequías no son la única causa de la situación actual. Posiblemente, las guerras y los malos gobiernos hayan influido mucho más que el clima, como también la especulación de los inversores con los productos de primera necesidad, lo que está llevando a que los alimentos básicos alcancen precios astronómicos en toda África.

Los mismos gobiernos occidentales, que facilitan, con sus omisiones y políticas, este tipo de situaciones, se vuelcan ahora para maquillar lo que ellos mismos han permitido. Esto nos lleva a preguntarnos qué papel juega, realmente, la cooperación al desarrollo, en el conjunto de la política internacional.

Sabemos que los países más poderosos se sirven de ella para mantener a los países pobres en la situación en la que se encuentran, para alentar la formación de gobiernos amigos que favorezcan sus políticas y para garantizarse el acceso a las materias primas que abundan en África.

La vida y la muerte, un negocio más, disfrazado de solidaridad.

En el nº 2.770 de Vida Nueva.

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