Editorial

Lefebvristas, un paso más

Compartir

EDITORIAL VIDA NUEVA | La Fraternidad de San Pío X, fundada por el arzobispo Marcel Lefebvre en 1970 como plataforma para quienes consideraron un error el Vaticano II, tendrá una nueva figura jurídica para ensamblarse en la comunión eclesial.

Ni Pablo VI, que se vio obligado a suspender a divinis al fundador, ni Juan Pablo II, que tuvo que confirmar la excomunión, tras las ilegítimas consagraciones episcopales, pudieron evitar el cisma. Benedicto XVI se ha lanzado a una tarea valiente, pero peligrosa: reintegrar a este colectivo, que ha mostrado pocos gestos de aceptación conciliar. Problemas no le faltan y las trabas están siendo abundantes. El Vaticano II no declaró dogmas. Ahí se basan para no aceptarlo.

El peligro está en buscar soluciones jurídicas para la disidencia más que invitarlos a una obediencia amorosa. Es valiente el gesto del Papa, pero se abre la puerta a un revisionismo conciliar a 50 años de su clausura. No parece que sea lo mejor.

En el nº 2.769 de Vida Nueva.

INFORMACIÓN RELACIONADA