Sexto sacerdote asesinado este año en Colombia

M. Á. MALAVIA | En lo que va de año, seis sacerdotes han sido asesinados en Colombia. El último ha sido Gualberto Oviedo Arrieta, párroco de Nuestra Señora del Carmen de Capurganá, cuyo cuerpo fue encontrado en su domicilio, en la madrugada del pasado 12 de septiembre, con un machetazo en la cabeza. Luis Adriano Piedrahita, el obispo de Apartadó (diócesis del noroeste del país a la que pertenece Capurganá) recibió la trágica noticia con “mucha tristeza” y “con indignación”.

Pese a que aún se desconoce el móvil del asesinato de este sacerdote de 34 años, la Conferencia Episcopal Colombiana, a través de un comunicado, además de su “profundo dolor”, dejó clara su “preocupación por este nuevo acto de violencia que enluta a la Iglesia católica y aflige profundamente al pueblo colombiano”.

También se pronunciaron los obispos de las provincias eclesiásticas de Medellín y Santa Fe de Antioquía, quienes expresaron su “profundo anhelo de que se establezca por fin un clima de paz y justicia en nuestra patria, fundado en el diálogo, la equidad, el respeto mutuo y, sobre todo, la obediencia a los mandamientos de Dios”. Como explicaron, este asesinato es aún más sangrante por haberse producido en el marco de la Semana por la Paz, convocada para rechazar el clima de violencia cada vez más generalizada que sufre el país.

El hecho de que ya ascienda a seis el número de sacerdotes asesinados en Colombia en este 2011, para Juan Vicente Córdoba, secretario general del Episcopado, resulta “una cifra altamente preocupante, que manifiesta el estado de violencia y de deterioro moral que vive nuestra sociedad”.

El prelado subrayó también “el valiente compromiso de nuestros presbíteros con la denuncia profética de las injusticias y con la causa de los más pobres del país”. De Gualberto Oviedo se destacaba, precisamente, su trabajo con los más desfavorecidos.

En el nº 2.768 de Vida Nueva.

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