JMJ 2011: llega la hora del balance

Obispos, religiosos, profesores y expertos en Pastoral Juvenil analizan el evento de Madrid

VidaNueva.es | Casi dos semanas después de finalizada la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que Madrid acogió del 16 al 21 de agosto, los responsables y participantes del acontecimiento coinciden en calificarlo como éxito. Se basan no solo en el número de participantes, sino en la calidad de la experiencia vivida, cada uno de los actos principales de la Jornada, pero también consideran la actitud de los jóvenes, la preparación previa, la responsabilidad con la que se ha llevado a cabo… y desean que el caudal de todo lo vivido traiga consigo un remanso de buenos frutos para la Pastoral Juvenil y la Iglesia.

Vida Nueva ha pedido la opinión de obispos, responsables de congregaciones religiosas, expertos en Pastoral con Jóvenes, profesores, teólogos, etc. para que hicieran su propia valoración y análisis sobre cómo se ha desarrollado y qué ha dado de sí esta JMJ y dieran alguna pista sobre cómo se puede ahora mirar hacia el futuro.

Con un artículo en forma de pórtico que abre las reflexiones posteriores, Juan Rubio, director de Vida Nueva, indica “varias claves que, a la vista de lo vivido y celebrado, debieran servir para lograr una ‘armoniosa y sinfónica’ tarea evangelizadora con los jóvenes y desde los jóvenes, apoyando la necesidad y urgencia de la Nueva Evangelización”.

Entre otras claves, Rubio destaca: “Ha sido una experiencia eclesial rica, plural y abierta. No se debiera, bajo ningún concepto, capitalizar por grupos interesados el rico patrimonio de estos días, sino servir para potenciar en las Iglesias locales un auténtico trabajo de armonía al interior de la comunión eclesial, compartiendo la misma fe, el mismo entusiasmo, las mismas preocupaciones y problemas, aunque las respuestas en las formas sean variadas”

“La vivencia de la fe en un mundo plural, con mensajes alejados del catastrofismo, con palabras llenas de sentido, con las manos abiertas y con un trabajo de la mano de quienes buscan el bien común, es otro reto al que los jóvenes son sensibles por naturaleza”, continúa el sacerdote y escritor. “La juventud no debiera replegarse a una presencia militante simplemente, haciendo de la fe una ideología en confrontación con una sociedad a veces agresivamente laicista. La respuesta ha de darse con armas distintas”.

No hay que avergonzarse de la fe

La religiosa Dolores Aleixandre, en un artículo titulado Mochilas, dice que ella “empezaría por sacar de ella [la bolsa que le dieron a los peregrinos] el evangelio de Mateo y pensar estrategias para conocer más a Jesús e irse haciendo ‘adictos a la Palabra’ y lectionautas si se tercia. Y leer despacio los discursos del Papa, que son una joya”.

“En la Vigilia, el momento de la adoración de la Eucaristía y el silencio que la rodeó fueron sobrecogedores –señala–: preguntarnos con los jóvenes cómo prolongar ese movimiento de adoración para que, de tanto mirar a Jesús, nos entre el deseo de vivir como él una vida ‘ex-puesta’”. Y también destaca: “Reflexionar sobre la diferencia entre ‘no avergonzarse de confesar la fe’ y ‘ser arrogantes’”.

El sociólogo y experto en Pastoral Universitaria, José Mª Rodríguez Olaizola, se queda con la imagen del gentío en Cuatro Vientos, “no por la muchedumbre. Tampoco por convertir la foto panorámica en una bandera con la que sentir que no estamos solos”. Lo que valora es “la sensación de que es el punto de encuentro de millón y medio de historias distintas”.

“La fe tiene un papel tan importante que nos lleva a todos a ponernos en marcha, viajar, afrontar algunas dosis de incomodidad, hacernos preguntas, orar y buscar, en el silencio y en el encuentro, un poco de luz. (…) Es la levadura que puede hacer fermentar la masa. Y eso me llena de esperanza”, finaliza el jesuita.

Lo más importante es querer a los jóvenes

“¿Cuál es la juventud del Papa? ¿Es una juventud distinta a los chicos y chicas que acuden a nuestras parroquias? ¿Es una juventud distinta a la que viven precisamente hoy los jóvenes, de momentos difíciles, de crisis, de paros, de futuro incierto?”, se pregunta Francisco Cerro Chaves, obispo de Coria-Cáceres. “El Papa –continúa– ha constatado que lo más importante es querer a los jóvenes; si no, no habrá Pastoral Juvenil ninguna”.

El prelado indica tres claves presentadas por el Papa en Madrid que hacen fecunda la Pastoral Juvenil: “Dejar a Cristo que hable al corazón del joven”, “un Evangelio que no está descafeinado” y contar que “hemos comprobado y visto a tantos jóvenes sin complejos en su fe, que no quieren vivir en las sacristías esa fe”.

Por último, Koldo Gutiérrez, director de la publicación salesiana Misión Joven, insiste en que “ser joven y ser cristiano no está reñido” y asegura que “la JMJ, junto con otras iniciativas, hace visible el empeño evangelizador de la Iglesia, la Nueva Evangelización”.

“Los tiempos nuevos que nos toca vivir son tiempos de posmodernidad, con sus dificultades, retos, desafíos y oportunidad”, que necesitan “un nuevo ardor”, el cual “solo será posible si es sostenido por ‘discípulos y misioneros’, y que pide “nuevos métodos. Cuando nos preguntamos cómo evangelizar, nuestra primera mirada debe ir dirigida a Jesús. Él es el evangelizador. La Iglesia, fruto de su Espíritu, continúa la misión del Señor y debe evangelizar como lo hacía Jesús, buen pastor y samaritano”.

Pliego íntegro, en el nº 2.766 de Vida Nueva.

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