Brasil será la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud
Los brasileños, con la Cruz y el Icono de las JMJ
MARÍA GÓMEZ – FRAN OTERO | “Me complace anunciar ahora que la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en el 2013, será Río de Janeiro. Pidamos al Señor ya desde este instante que asista con su fuerza a cuantos han de ponerla en marcha y allane el camino a los jóvenes de todo el mundo para que puedan reunirse nuevamente con el Papa en esa bella ciudad brasileña”. Así anunció Benedicto XVI la sede de la próxima JMJ ante la algarabía de los 15.000 brasileños que se habían desplazado hasta Madrid, y de todos los peregrinos, que ya mostraban su deseo de encontrarse en Brasil, el país más poblado de América Latina y con más católicos.
El relevo se representó en Cuatro Vientos con la entrega, por parte de los jóvenes españoles a los brasileños, de la Cruz de las JMJ. Un anuncio que arroja dos datos significativos: Sudamérica acogerá así su segunda Jornada después de la que se celebró en Buenos Aires en 1987 y Benedicto XVI visitará por segunda vez este país emergente, después de hacerlo en 2007 para participar en la V Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica y el Caribe (CELAM) en Aparecida.
Los primeros en reaccionar a esta noticia fueron los obispos brasileños, todavía en Madrid, en una rueda de prensa. El presidente de la Conferencia Nacional de Obispos Brasileños (CNBB) y arzobispo de Aparecida, el cardenal Raymundo Damasceno Assis; el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta; y el presidente de la Comisión Episcopal para la Juventud de la CNBB y obispo auxiliar de Campo Grande, Eduardo Pinheiro, agradecieron la designación y se mostraron muy satisfechos. Es “un gran desafío”, indicó Tempesta.
Damasceno mostró su deseo de que participe toda la Iglesia de América Latina para llegar al mayor número de gente posible: “Vamos a trabajar como Conferencia, en unión con el CELAM, para que colabore en la organización, de modo que se reúna a mucha más gente y a muchos más países”. Confía en que este evento traiga “muchos frutos”, no solo para los jóvenes de Brasil, sino para toda América Latina.
En julio de 2013
El purpurado se refirió a la urgencia en la preparación de la Jornada –Madrid 2011 ha ofrecido ya su colaboración– al contar con un año menos que Madrid: “Eso significa un trabajo más intenso; no tenemos tiempo que perder”. Tal es la urgencia que ya se han dado a conocer las fechas: del 23 al 28 de julio. La Cruz y el Icono serán recibidos el 18 de septiembre por la Archidiócesis de Sao Paulo, desde donde peregrinará por las 274 diócesis del país.
“La Jornada en Río mostrará una Iglesia viva, creativa, en parte gracias a los jóvenes”, apunto Pinheiro. “La juventud brasileña, con su creatividad, hará que tengamos una bonita Jornada para todo el mundo”. Para ello, la CNBB elaborará un proyecto considerando el antes, el durante y el después de la Jornada. “Tendrá una dirección misionera como la pre-jornada, que deberá consistir en una semana misionera, y la peregrinación de la Cruz, que deberá ser acogida por las diócesis con espíritu misionero”, explicó.
Desde ahora, la mirada de la Iglesia y de sus jóvenes está puesta en Río; una JMJ que, según los obispos, “encontrará una América Latina cambiada”. En cualquier caso, según Damasceno, a pesar de las mejoras, la realidad aún es de concentración de riquezas y aumento de la pobreza.
En el nº 2.765 de Vida Nueva.
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NÚMERO ESPECIAL de Vida Nueva
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