“Organizar la JMJ 2013 en Río de Janeiro será un gran desafío”, dicen los obispos

La Cruz y el Icono llegarán a São Paulo el próximo 18 de septiembre

Los brasileños recibieron la Cruz en la clausura

M. GÓMEZ | Cuando aún no se habian apagado los últimos rescoldos de la JMJ 2011 Madrid, tres obispos brasileños ofrecieron una rueda de prensa en la capital española para agradecer la designación de Río de Janeiro como sede de la JMJ 2013. Será la segunda vez que América Latina, el continente con mayor número de católicos del mundo (47%), acoja las Jornadas Mundiales de la Juventud, y los obispos aseguran que se encontrarán una realidad  cambiada.

El presidente da Conferencia Nacional de Obispos Brasileños (CNBB) y arzobispo de Aparecida, cardenal Raymundo Damasceno Assis; el arzobispo de Río de Janeiro, Orani João Tempesta; y el presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Juventud da CNBB y obispo auxiliar de Campo Grande, Eduardo Pinheiro, se mostraban satisfechos por la decisión del Papa. Es “un gran desafío”, indicó Tempesta.

Un peregrino brasileño, eufórico, ayer, tras la designación

El cardenal Damasceno espera que participe toda la Iglesia de América Latina a través del CELAM, para llegar al mayor número de gente posible: “Vamos a trabajar como Conferencia en unión con el CELAM, para que colabore en la organización de la Jornada, de modo que se reúna a mucha más gente y a muchos más países”. Damasceno espera que la JMJ 2013 “traerá muchos frutos, no solo para los jóvenes de Brasil, sino para toda América Latina”.

En referencia a los acontecimientos deportivos a nivel mundial que Brasil organizará en los próximos años, como los Juegos Olímpicos en 2016 y, antes, el Mundial de Fútbol en 2014, Demasceno señaló: “Tendremos un año menos para preparar la Jornada. Eso significa un trabajo más intenso, porque no tenemos tiempo que perder”.

Una Iglesia “viva y creativa”

“La Jornada en Río mostrará una Iglesia viva, creativa, en parte gracias a los jóvenes”, apuntó Eduardo Pinheiro. “La juventud brasileña, con su creatividad, hará que tengamos una bonita Jornada para todo el mundo”.

Aunque es muy pronto para aventurarse con cifras, los obispos sí han asegurado que el Gobierno federal, estatal y de la prefectura tendrán mucha disposición para acoger el evento.

La CNBB elaborará un amplio proyecto, considerando el antes, el durante y el después de la Jornada. “Tendrá una dirección misionera como la pre-jornada, que deberá consistir en una semana misionera, y la peregrinación de la Cruz, que deberá ser acogida por las diócesis con espíritu misionero”, explicó Pinheiro.

Un continente cambiado

La de Río de Janeiro será la segunda JMJ que tenga lugar en el continente sudamericano, después de que Buenos Aires, en 1987, fuese la primera sede internacional que acogió las Jornadas ideadas por el beato Juan Pablo II.

“La Jornada en Río encontrará una América Latina cambiada”, señalaron los obispos. Para Damasceno, a pesar de las mejoras, la realidad aún es de concentración de riquezas y aumento de la pobreza. “La globalización ha traído como consecuencia la uniformización de la cultura, y se pierde la identidad cultural”.

La Cruz y el Icono de la Virgen, símbolos de las JMJ, llegarán a Brasil el próximo 18 de septiembre. Será recibida por la Archidiócesis de São Paulo, desde donde iniciará su peregrinación por las 274 diócesis del país durante dos años.

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