El Bicentenario venezolano, nueva ocasión para el diálogo

Los obispos repasan la realidad del país en la fiesta de su independencia

El pasado 5 de julio, se celebraron los 200 años de la independencia de Venezuela, fecha en la que la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) dio a conocer una exhortación pastoral para reivindicar el significado de esta conmemoración, pero, al mismo tiempo, llamar la atención sobre algunos problemas del país. El primer vicepresidente de este organismo y arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, acompañado por el arzobispo de Cumaná, Diego Padrón, y el obispo auxiliar de Maracaibo, Casto Oswaldo Azuaje, fueron los encargados de presentar un documento en el que, además de hablar sobre el Bicentenario (1811-2011), se recogen temas de interés nacional como la situación penitenciaria o la agresión a imágenes religiosas.

“El 5 de julio es nuestra fiesta nacional por excelencia. En su gesta brilló la fuerza de la civilidad, la autoridad de la inteligencia, el diálogo, la firmeza y el coraje”, recordó  Porras, quien, al referirse a la actual realidad venezolana, lamentó que “mientras muchas naciones viven un desarrollo sistemático, progresivo y acelerado, Venezuela sufre un constante deterioro económico-social, lo que implica que estamos quedando fuera de la tendencia global de cambios que permitan un desarrollo sostenido”.

El drama de las cárceles

Coincidiendo con esta efeméride, los prelados expresaron también su profunda preocupación por lo sucedido en el Internado Judicial de El Rodeo I, donde un motín dejó casi 20 muertos y decenas de heridos, y “el drama inhumano de las cárceles”. “La descomposición de estas instituciones –denunció el primer vicepresidente de la CEV– es global y profunda. La ambigüedad en la defensa de los derechos humanos y la ineficiencia del Estado para dar una respuesta adecuada a tan amplia situación hacen presumir que la situación se le ha escapado de las manos a las autoridades y ha pasado a las de los mismos reclusos. Es tiempo ya de dar una solución definitiva y humanizadora al sistema penitenciario. Lamentamos la inestimable pérdida de vidas humanas en los más recientes episodios de violencia carcelaria”.
El arzobispo de Cumaná, por su parte, fue el encargado de pronunciarse sobre todo lo relacionado con una serie de ataques a imágenes religiosas que se produjeron el pasado mes de junio en varios estados occidentales del país a manos de desconocidos. “Este insólito ataque representa un desprecio a las devociones más queridas del pueblo y, en la práctica, es una negación de los valores trascendentes; esconde el mismo irrespeto a la vida y a la dignidad del ser humano. Es lo contrario de una vida digna, serena y pacífica”, advirtió Diego Padrón.

Respeto de la dignidad

La CEV aprovechó la celebración del Bicentenario para llamar la atención en torno a lo que definió como “puntos fundamentales para lograr una transformación de nuestra sociedad”. Así, destacó que “es urgente recuperar entre todos el respeto y la promoción de la inviolable dignidad de la persona humana y de todos sus derechos. También debemos valorar una cultura del trabajo y de la colaboración solidaria en la producción y gestión de la riqueza”, subrayó Casto Azuaje, obispo auxiliar de Maracaibo.
Los representantes de la CEV repasaron los principales contenidos de la pastoral difundida al término de su XCVI Asamblea Plenaria: desde la globalización y “la regionalización e integración latinoamericana” a los problemas personales, familiares y sociales, pasando por la necesaria revalorización de la ciudadanía o el desafío de la reconciliación. Porque los mejores logros en la trayectoria bicentenaria del país “solo se obtienen afirmando el sistema democrático, superando las diferencias políticas y aceptando el diálogo, no exento de tensiones, como vía de convivencia pacífica”, reclamaron los pastores. Y concluyeron: “Animémonos a vivir de esta manera y comprometámonos, cada quien desde su propia responsabilidad, a construir entre todos un país mejor”. VNC
Andrés Cañizález. Caracas

 

ORACIONES POR CHÁVEZ

Porras confirmó que, en el transcurso de la Asamblea de la CEV, el Episcopado oró por la pronta mejoría del presidente Hugo Chávez, recién operado de un cáncer en Cuba. “Ante Jesús en la Eucaristía –dijo– le encomendamos en estos momentos que por noticias recibidas hemos sabido de sus quebrantos de salud, deseando su pronta recuperación”. También el segundo vicepresidente y arzobispo de Coro, Roberto Luckert, en varias ocasiones blanco de sus críticas, aprovechó la enfermedad del mandatario para, “como Iglesia, promover en nuestras comunidades oraciones por la pronta salud y recuperación de nuestro presidente”. Al cierre de esta edición, se supo que Chávez recibió el sacramento de la Unción durante una misa por su salud presidida por el obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, en la Academia Militar de Caracas.

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