Una comunidad en red

Ellos lo narran en primera línea, tú participas en la distancia

MARÍA GÓMEZ | Cristina del Campo estaba en Sydney aquel 20 de julio en el que Benedicto XVI lo confirmó: Madrid acogería la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2011. Tres años después, ella será una de las responsables de contarle al mundo todos los pasos del Papa en la capital española, del Papa y de los cientos de miles de jóvenes que participarán en esta JMJ que está rompiendo uno de los pocos récords que quedaban por batir: el de la participación a través de las redes sociales.

En octubre de 2009, Cristina se incorporó al proyecto de redes sociales, cuyo subdirector es Antonio Gallo, como encargada de dar los primeros pasos. Hoy es community manager (gestora de comunidades ‘virtuales’), y se considera “afortunada”: “Desde la designación en Sydney, soñé con poder trabajar en la organización, y, ya ves, hoy es una realidad”.

En el Departamento de Comunicación se trabaja sin descanso y con una consigna clara: la prioridad es la atención a las redes sociales; después, la web (www.madrid11.com) y, por último, los periodistas, los medios tradicionales. Quizá dolería un poco en el orgullo del profesional, si no fuera porque a nadie le resultan ya ni extraños ni mucho menos enemigos estos nuevos canales.

Perfil oficial de la JMJ 2011 en Facebook

Los números cantan: a 18 de julio de 2011, la página oficial de la JMJ en Facebook (la más importante red social del mundo por número de usuarios e influencia) tenía 294.310 fans; la de Tuenti, 17.402; la cuenta de Twitter, 13.456. “Y más de un millón de reproducciones de vídeos en YouTube. Además, en este momento contamos con 21 idiomas en Facebook y 11 en Twitter. Incluso chino, japonés, árabe o tagalo. Como ves, las cifras demuestran el gran tirón de la JMJ entre los jóvenes de todo el mundo”, señala Cristina.

Alejados en la fe

Se prevé la acreditación de 4.000 medios, que retransmitirán los actos centrales a más de 30 países. Tal vez los usuarios ni se plantean si Internet le está ganando la partida a los medios habituales, sobre todo a la televisión, como los preferidos por la audiencia; les basta con encender su ordenador, descargarse una app al iPad, iPhone u otro smartphone y, desde cualquier punto del mundo, podrán, en tiempo real, emocionarse casi tanto como si estuvieran in situ.

“Las redes sociales unen a los que están lejos y acortan la distancia física y el tiempo”, resume Cristina, quien sigue la reflexión: “Madrid11 decide buscar a los jóvenes allí donde están, allí donde pasan gran parte de su tiempo, para mantener un contacto directo con cada uno, darle a conocer la JMJ e invitarle a participar en un evento que, seguro, cambiará su vida”.

El Twitter de la JMJ 2011 tiene miles de seguidores

Ella cree, además, que son una manera eficaz de contactar con los alejados: “Son instrumentos para llegar más fácilmente a aquellos que están más lejos, también en el terreno de la fe, claro que sí. El propio Benedicto XVI nos ha animado en varias ocasiones a utilizar las redes sociales para evangelizar. Seguro que muchos que están más alejados de Cristo se valen de ellas para indagar. Y seguro que estas páginas las visitan personas que, sin ser creyentes, sienten curiosidad por descubrir. A todos ellos les invitamos a que vengan a Madrid. ¡No se van a arrepentir!”, alienta.

Una tarea “apasionante”

Gestionar una comunidad tan numerosa “es muy complicado y desbordante”, pero “apasionante”, describe Cristina, para quien este ha sido su primer contacto con “un mundo todavía muy nuevo”. Ella tiene 30 años, más o menos la media de edad del resto del equipo, de 80 voluntarios; muchos están en Madrid y otros en sus propios países, y no hay, prácticamente, un día igual a otro. “La principal atención la reciben los seguidores de cada perfil y página, a los que dedicamos un trato personalizado”.

“Siempre hemos tenido claro –insiste la community manager– que lo más importante de una JMJ son los jóvenes que van a participar, y con ese principio trabajamos. A ellos les hemos ido comunicando todas las novedades de la organización, y muchas en exclusiva, antes incluso de hacerlo público a los medios de comunicación”.

“Yo empiezo a trabajar a las 9:30 y estoy hasta las 19:00”, explica Ya-Chen Chuang, una taiwanesa de 25 años conocida por todos por el apodo de Paola. Trabaja de voluntaria en la dirección ejecutiva, como asistente y encargada del Facebook en chino mandarín, que a finales de julio contabilizaba 3.064 fans. “Mis amigos taiwaneses dicen que nunca han recibido las noticias de una JMJ tan fácilmente”, asegura.

Asistió a Colonia como peregrina: “Fue una experiencia fantástica y la primera vez que sentí directamente la universalidad de la Iglesia católica y que no estamos solos en Asia. Para mí, la JMJ es un evento tan importante que ¡hay que repetir y echar una mano!”. No pudo ir a Sydney porque se estaba preparando para venir a estudiar a España. Al conocerse la designación de Madrid, la oportunidad se presentó sola: “Estaba superilusionada, pensé: ‘¡Ya hablo español y puedo ayudar más!, y decidí apuntarme como voluntaria”.

Lo mejor de trabajar en este departamento de redes sociales, dicen los que se dedican a ello, es la posibilidad de entrar en contacto con tantas personas tan distintas. “Es el ánimo y la generosidad de la gente lo que nos da fuerzas cada día –enfatiza Cristina–. Hemos podido comprobar cómo jóvenes de Latinoamérica y de todo el mundo han madrugado expresamente para seguir nuestro streaming semanal, ‘Madrid11 en directo’, o que dejan a un lado otras labores para verlo. Y recibimos continuamente historias de personas que están haciendo un gran esfuerzo para costear el viaje y la inscripción. Son personas que tienen serias dificultades económicas, pero que no quieren perderse este encuentro con el Papa. Estos sacrificios nos hacen ver que nuestro esfuerzo, a veces, es muy poco”.

Y esto, sin desmerecer el buen ambiente que se respira entre los compañeros. “Trabajar con un equipo tan internacional –cuenta Paola– es muy interesante, compartimos la experiencia y lo pasamos muy bien juntos, aunque a veces no nos entendemos bien en ‘nuestro español internacional’ y tenemos que cambiar al inglés… En todo caso, he ampliado mucho mi horizonte”.

Legado duradero

Del inconmensurable trabajo que se está realizando en el departamento, la community manager desea que permanezca “un legado a los que vengan después. Sydney supuso el primer contacto con las redes sociales, con su apuesta por crear una red social propia, XT3 [que juega con la idea de ‘Cristo en el tercer milenio’]. Nosotros queremos mostrar que las redes sociales son una herramienta muy eficaz para transmitir la fe, al igual que se transmite de persona a persona. Y queremos que esta JMJ no acabe el 21 de agosto, sino que se mantenga una comunidad viva”.

¿Pasarán la semana de la JMJ ‘atados’ a su ordenador? ¡Ni mucho menos! “¡Por supuesto que vamos a asistir a todos los actos! –garantiza Cristina–. Nuestro principal objetivo es ser los ojos de quien no puede estar en Madrid, que se sientan partícipes en la distancia. Y para eso, tenemos que estar en primera línea. También por esto, seremos privilegiados”.

Paola lo será doblemente: “Tengo mucha suerte: seré una de las personas que comerá con el Papa el viernes 19; es algo que nunca pensé que me iba a ocurrir”. Aún no sabe exactamente qué le preguntará, “pero querría transmitirle el mensaje de que, aunque en Asia somos pocos, los jóvenes de Taiwán también tenemos mucha fe y queremos conocer más la Iglesia y el amor de Cristo”.

¿Y si se cayera el sistema, si se colapsaran las redes o los servidores dejaran de funcionar (gran miedo de todo internauta)?: “Dios proveerá. ¡No hay nada que temer!”.

En el nº 2.764 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL de Vida Nueva

ESPECIAL JMJ 2011 MADRID en VidaNueva.es

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