Con oído atento a las voces de nuestros pueblos

Chile acoge las Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil sobre la vigencia del Vaticano II

La Universidad Católica Silva Henríquez acogió las Jornadas

ROBERTO URBINA. SANTIAGO DE CHILE | Con el compromiso de prestar “oído atento a las voces de nuestros pueblos y comunidades” y reasumir el llamamiento del papa Juan XXIII, quien al convocar el Concilio Vaticano II llamó a la Iglesia a abrir puertas y ventanas, más de 300 participantes –entre ellos, gran cantidad de entusiastas jóvenes– culminaron cuatro días de reflexión, debate y elaboración colectiva en las Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil, celebradas en Santiago de Chile del 12 al 15 de julio. [Siga aquí si no es suscriptor]

En su Mensaje final, los asistentes recuerdan que Juan XXIII “quería que esta Iglesia no condenara a nadie, que fuese misericordiosa y que no tuviera miedo de enfrentar los desafíos del mundo moderno. Hoy queremos retomar esa herencia en tiempos en que la tentación de crisparnos sobre nuestros temores y reaccionar dando lecciones a todos y sobre todo es muy grande”.

Por eso, invitan a las Comunidades Eclesiales de Base a retomar en América Latina el “camino luminoso” marcado por el Vaticano II y luego por la Conferencia Episcopal de Medellín (1968), y “de cara a nuestros pueblos, con ellos, en ellos y para ellos, desde sus búsquedas y compromisos a partir de las llamadas que hoy surgen desde los nuevos escenarios sociopolíticos y eclesiales que nos toca vivir”.

Un presente con futuro

Los representantes del Cono Sur y Brasil se preguntaron por dónde pasa hoy la vigencia y actualidad del Vaticano II. Con una metodología participativa que propició la construcción colectiva, abordaron en diez mesas de trabajo las “temáticas nuevas que nos interpelan desde el hoy de nuestros contextos apostando por un presente que tenga futuro”.

Entre esos nuevos clamores, se mencionan “la nueva cosmología y la espiritualidad ecológica, los migrantes, el protagonismo de las mujeres y las perspectivas de justicia de género, la sabiduría y filosofías de los pueblos originarios y afrodescendientes de nuestra América en su relación con Dios y todos los nuevos rostros de exclusión que emergen desde la invisibilidad”.

También abordaron el diálogo entre Teología y Ciencias Sociales, en especial la Economía; las Ciencias Naturales, sobre todo Física, Biología y Química; los movimientos sociales con sus nuevas búsquedas y estrategias; y las actuales preguntas sobre Dios. El eco de estas palabras resuena entre las protestas estudiantiles chilenas, desde donde “sentimos la inquietud acerca de la formación religiosa sin pretender cerrar ninguna pregunta ni darnos respuestas tranquilizadoras”, señala la declaración final.

El Vaticano II, Medellín y la Conferencia de Aparecida (2007) “no son nostalgia, es realidad, es presente interpelador y futuro que no quiere perder su horizonte utópico, pero que todavía necesita de nuestro esfuerzo paciente para mostrar todo lo que el Espíritu quiere hacer de ella en nuestro continente, el mundo y la realidad cósmica que nos embarga”, concluye la nota.

Estas Jornadas –como otra convocada recientemente en Guatemala y las que tendrán lugar en Ciudad de México y Bogotá a finales de este año– preparan el Congreso Teológico Continental previsto para octubre de 2012 en Brasil, con ocasión del cincuentenario de la inauguración del Vaticano II y los 40 años de la primera edición en España del libro Teología de la liberación. Perspectivas, de Gustavo Gutiérrez. El Congreso es convocado por Amerindia continental, una red de teólogos y agentes pastorales con núcleos en varios países latinoamericanos, junto a otras siete instituciones académicas y de teólogos, entre las que destacan la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y el Instituto Teológico y Pastoral del CELAM.

Los organizadores del mismo señalan que el nuevo impulso dado por Aparecida a la tradición latinoamericana hace muy oportuno animar a la comunidad teológica del continente, tras años particularmente difíciles de tensiones y dificultades, pero también de fructífera creatividad y experiencia de supervivencia que empiezan a florecer.

Así, tanto el próximo Congreso como las Jornadas Regionales se plantean un doble esfuerzo de reflexión y esclarecimiento. Por una parte, rescatan elementos importantes del Vaticano II y, por otra, evalúan y proyectan la teología latinoamericana, uno de los frutos más significativos de la aplicación del Concilio a América Latina y El Caribe y uno de sus aportes más ricos a la práctica pastoral y social.

En el nº 2.763 de Vida Nueva.

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