Desafíos del perdón después de Auschwitz

Un libro de Mª Dolores López Guzmán (San Pablo-Universidad Pontificia Comillas)

DIEGO TOLSADA | Estamos ante una obra significativa, importante, por el tema en sí y por su actualidad. Sobre el perdón se escribe poco, tal vez porque una sociedad autosatisfecha de sí misma “tiene” pocas cosas de las que arrepentirse. Y, sin embargo, ¡de cuántas cosas hay que pedir perdón!: desde la Shoa, el Gulag o Hiroshima, hasta el terrorismo como recurso habitual, pasando por los racismos, el hambre y el sufrimiento masivos producidos por el sistema, por la complaciente y productiva intelligentsia (capaz de crear eufemismos tan terribles y cínicos como lo de “daños colaterales”…).

Muchos motivos de arrepentimiento y perdón, pues ahí están permanentemente las víctimas para exigirlo con lo único que les hemos dejado: su silencio, su nuda existencia.

Por eso es de agradecer este libro, que de la mano de Jankélévitch, del cual la autora muestra un portentoso conocimiento, nos introduce en el misterio del perdón. Y ello de un modo claro, sistemático, metódico, con un discurso riguroso y perfectamente trabado.

La introducción ofrece una completa información sobre las fuentes judías y cristianas de Jankélévitch. Sigue un interesantísimo capítulo sobre los falsos perdones o “similiperdones”, sobre aquello que, pareciendo perdón, no lo es en absoluto. El tiempo hace que el olvido actúe por desgaste de la ofensa o por integrar el mal. Nos damos también razones que no son tales, sino excusas totales o parciales, con tal de no admitir la propia responsabilidad.

Por parte del mismo ofendido puede haber clemencia altiva, avaricia espiritual o un deseo de querer liquidar el problema para no sufrir más. Por último, hay formas que, iniciándose como perdón, terminan contaminándose en su ejecución, como perdonar para que el otro “se convierta”. Solo este análisis psicológico tan fino y profundo merece ya la atención del lector [Seguir leyendo].

En el nº 2.762 de Vida Nueva.

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