Nueva condena episcopal de la violencia en Guatemala

En una nota reciente, los obispos critican con dureza la situación actual del país

La policía vigila el hospital donde convalece un narco

J. L. CELADA | Como “testigos de realidades de muerte y pecado que necesitan ser sustituidas por realidades de vida”, los obispos guatemaltecos han vuelto a denunciar enérgicamente en esta Pascua “los constantes hechos de violencia y muerte que aterrorizan al país”, situándolo entre los más violentos del mundo. Tal es el caso de la masacre de 27 campesinos semanas atrás en una finca del departamento del Petén, ante la que manifiestan su “profundo rechazo, indignación y vergüenza”.

En un comunicado dado a conocer el día 9, la Conferencia Episcopal de Guatemala lamenta todos estos crímenes que claman al cielo y exigen del Estado una respuesta en justicia que sea pronta, cumplida y severa”, al tiempo que comparte desde “la cercanía y la oración fraterna” el dolor de los familiares de las víctimas.

Los pastores se muestran preocupados también por el “escaso control de la creciente influencia del narcotráfico en nuestro país y en Centroamérica por parte del Estado”. Situación agravada por la escasez de recursos destinados a seguridad y las “presuntas infiltraciones del crimen organizado dentro de sus mismas estructuras”. Por no hablar de los robos de armas en instalaciones militares, su trasiego entre bandas criminales, la desaparición de pruebas o el desconocimiento acerca del uso de los bienes decomisados al narcotráfico, con las dudas que todo ello genera sobre la capacidad del Estado para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado.

Ante las elecciones de septiembre

El otro gran asunto que recoge el documento episcopal es la cita con las urnas del 11 de septiembre, cuya campaña electoral debería estar presidida por “la transparencia” y centrada en “verdaderas propuestas que aporten posibles soluciones a la situación del país”. En este sentido, los prelados rechazan “las soluciones inmediatistas y populistas que ilusionan y engañan a muchos”, y piden que se vaya a “las raíces estructurales y profundas” de dicha situación actual.

El hambre, la falta de equidad, la baja calidad en salud y educación, los conflictos por la tierra o los problemas medioambientales son algunos de los “temas de fondo sobre los que los partidos deben expresarse con claridad y con inteligencia, sin populismos baratos ni autoritarismos ajenos a la vida democrática”, exige en su pronunciamiento el Episcopado.

El texto concluye con una felicitación pública a la Vida Consagrada en el país, que acaba de celebrar los 50 años de la fundación de la Conferencia de Religiosos de Guatemala.

En el nº 2.758 de Vida Nueva.

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