Granos de arena

LUCÍA RAMÓN CARBONELL | Profesora de la Cátedra de las Tres Religiones de la Universidad de Valencia

“No podemos vivirla con autenticidad si actuamos como si allí no estuviera pasando algo que pone en crisis muchas ideas que aceptábamos hasta ayer sin discusión o resistencia alguna. Lo que está sucediendo es un signo de los tiempos, una invitación a una conversión radical”

Para una profesora de Filosofía en enseñanzas medias y activista social es casi un sueño que día tras día irrumpan en los medios un número significativo de jóvenes que, primero en el mundo árabe y luego en nuestras ciudades, salen a la calle a reivindicar una democracia real, lo que incluye un reparto más justo de la riqueza.

Ha sido toda una experiencia explicar las teorías del contrato –de sumisión, liberal, social– o las bases de una concepción liberal, marxista y keynesiana de la economía a unos alumnos que las relacionaban con las reivindicaciones de los indignados y se preguntaban qué implica para todos la falta de democracia o su deterioro.

He asistido atónita a incisivas preguntas y acalorados debates acerca de la función de los políticos o de las consecuencias de la dejación cívica y el individualismo a ultranza. Una y otra vez nos hemos topado con la dificultad de encontrar respuestas simples, con la importancia de pensar, formarse y buscar activamente una información veraz, con la necesidad de una implicación colectiva real para salir de las crisis. “Crear es resistir, resistir es crear”, dice Hessel.

Estamos en un momento decisivo en la larga historia de la emancipación humana y un gran número de iniciativas aparentemente aisladas pueden formar con el tiempo una masa crítica que incline la balanza en favor de la humanidad y no solo de unos pocos.

Como afirma Susan George, “puedo escribir algo o llegar a alguien con una idea; puedo actuar e inspirar a otros para que actúen por su cuenta. Puedo ser el crucial, bien que insignificante, grano de arena que haga que el sistema se reajuste conforme a un patrón a la vez más seguro, más verde, más justo, más humano y más civilizado. Y vosotros también”.

En el nº 2.757 de Vida Nueva.

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