‘El árbol’: la savia de la vida

J. L. CELADA | Nos regalan su sombra, su madera, sus frutos… y hasta la posibilidad de alcanzar el firmamento aupados a sus ramas. Son los árboles, longevos notarios de esa comunión entre el ser humano y la naturaleza que contribuye a salvaguardar el equilibrio de un planeta en rebeldía contra los excesos. No pocas veces fueron también el refugio de juegos y sueños infantiles, pero gracias a Julie Bertuccelli hemos descubierto que pueden convertirse, además, en fieles depositarios de la memoria de un ser querido.

El que da título al último trabajo de la realizadora francesa planta sus raíces en una novela de la australiana Judy Pascoe: Padre nuestro que estás en el árbol. Y en aquel lejano país, de profundos contrastes y climatología extrema, sitúan ambas su delicada metáfora –existencial y visual– acerca de la vida, la muerte y el duelo.

Una higuera centenaria comparte protagonismo con una familia que acaba de perder repentinamente a su patriarca, cuyo espíritu parece habitar en El árbol que se levanta majestuoso junto a la casa. Al menos, es lo que siente la pequeña Simone (una magnífica Morgana Davies), atrincherada en ese tronco mientras trata de llenar el inmenso vacío paterno a base de recuerdos y una atenta escucha de los crujidos y lamentos de su nuevo hogar.

Como ella, sus tres hermanos y su madre deberán aprender a vivir con la idea de echar de menos a alguien, pero será la viuda (la frágil y espléndida Charlotte Gainsbourg) quien mejor encarne todo ese proceso que desencadena la pérdida (en este caso, la de un marido, compañero, cómplice y padre de sus cuatro hijos): negación, aislamiento, confusión, ira, tristeza, aceptación y resurrección.

Etapas que ella atraviesa sumida en estados de ánimo tan diversos como los fenómenos atmosféricos que registra un lugar sometido a los rigores de la sequía, los incendios, el viento o las lluvias torrenciales, pero que permite disfrutar de incomparables amaneceres y ocasos. Porque son estas poderosas imágenes, unidas a la riqueza sonora de ruidos y otros susurros medioambientales, las que imprimen toda la fuerza dramática a la historia.

A caballo entre la espiritualidad New Age y una fábula de corte ecologista, El árbol seduce más por la belleza de sus paisajes, la sobria elegancia de su puesta en escena y la sensibilidad de su planteamiento que por el carácter de sus personajes o su solidez narrativa.

Sin embargo, como el virulento ciclón que finalmente arrastra, desboca y purifica tanta emoción contenida, esta película supone una original catarsis que invita a afrontar el dolor de la ausencia desde una actitud positiva e integradora. La misma que nos ayuda a seguir alimentando la savia de la vida con medios naturales y sobrenaturales; con mimo y con fe. También con imaginación… para aprender de las múltiples lecciones que puede impartir un árbol.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: The tree.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Julie Bertuccelli, a partir de la novela Our Father who art in the tree, de Judy Pascoe.

FOTOGRAFÍA: Nigel Bluck.

MÚSICA: Grégoire Hetzel.

PRODUCCIÓN: Yaël Fogiel y Sue Taylor.

INTÉRPRETES: Charlotte Gainsbourg, Marton Csokas, Morgana Davies, Aden Young, Gillian Jones, Christian Bayers, Tom Russell, Gabriel Gotting, Zoe Boe.

En el nº 2.757 de Vida Nueva.

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