Bergoglio pide humildad y el Gobierno se da por aludido

Nueva polémica a cuenta de la homilía del cardenal en el Tedeum patrio argentino

La presidenta Cristina Fernández con el obispo de Resistencia, Fabriciano Sigampa

WASHINGTON URANGA. BUENOS AIRES | El cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, utilizó este 25 de mayo, fecha en la que se conmemoraba un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo que inauguró la lucha independentista del país, para pronunciar una homilía que dio lugar a interpretaciones diversas y encontradas.

Con su habitual lenguaje elíptico, Bergoglio sostuvo –en referencia a quienes construyeron la nación– que “no cimentaron la patria en delirios de grandezas desafiantes y poco creíbles, sino en el cotidiano construir, luchar, equivocarse y rectificarse”, e hizo un llamamiento a sus compatriotas a “despertar a la humildad”. En el acto religioso no estuvo presente la presidenta Cristina Fernández, quien se trasladó a Resistencia, provincia del Chaco, al norte del país, donde asistió al Tedeum presidido por el arzobispo local, Fabriciano Sigampa.

El Tedeum del 25 de mayo en la catedral de Buenos Aires, al que tradicionalmente asistían los presidentes, dejó de ser la cita obligada de los mandatarios durante el gobierno del ya fallecido Néstor Kichner (2003-2007) y de su esposa, la propia Cristina Fernández. En su momento, Kichner decidió no asistir al templo capitalino para no exponerse a lo que consideró “críticas injustas” que Bergoglio pronunciaba desde el púlpito. Entonces, optó por celebrar el 25 de mayo en distintas zonas del interior del país, asistiendo a los actos religiosos de cada lugar. Cuando asumió el poder Cristina Fernández, siguió con esta costumbre.

La ausencia de Kirchner y de la actual mandataria en los Tedeum de la catedral metropolitana han sido y son aún una clara muestra de las tensiones entre la Casa Rosada y el arzobispo de Buenos Aires. Así, en un año de disputas electorales (en octubre habrá comicios presidenciales), ciertas reflexiones del cardenal fueron usadas por la prensa opositora, que las interpretó como críticas al Gobierno. Algunos señalaron que su afirmación acerca de “intereses mezquinos, ambiciones personales y de grupo” fue una clara alusión al Ejecutivo, algo que niegan los representantes oficiales.

“Nuestro buen Padre no se entromete en nuestra libertad, no interfiere ni cercena nuestras opciones”, recordó Bergoglio. “Si nosotros elegimos dormir el sueño de la autosuficiencia, si abandonamos la riqueza de lo humilde por creernos algo que no somos, dormiremos la pesadilla de un país que abandona su destino, y será nuestra culpa y solo nuestra”, advirtió, sin aludir a ninguna persona, grupo o institución.

Desde el Gobierno se critican las homilías de Bergoglio porque se las considera intencionadamente ambiguas. “Lo dice 400 veces, no dice nada nuevo, no reivindica nada, dice cosas que son verdades de perogrullo, que no se refieren a nadie en particular, son impersonales, encriptadas y entonces no sirven”, sostuvo el ministro Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

Críticas a la soberbia

“Los maquillajes y vestidos del poder y la reivindicación rencorosa son cáscara de almas que llenan su vacío triste y, sobre todo, su incapacidad de brindar caminos creativos que inspiren confianza. Es el vaciamiento consecuente de lo compulsivo de la soberbia en su manifestación más torpe, que es la veleidad”, criticó genéricamente Bergoglio.

A lo que el ministro Fernández pidió que “no nos hagamos elucubraciones tan retorcidas y difíciles, amañadas; hay que hablar para que lo entiendan los criollos”. Y, en una entrevista a una radio de Buenos Aires, agregó: “El monseñor comprenderá cuál es el verdadero mensaje”.

“El veleidoso o vanidoso –prosiguió el cardenal con su denuncia– es el que confunde pactos de contubernio con organización; escaramuzas con lucha; ventajismo con horizonte de grandeza”. Y “como no se soporta a sí mismo, –insistió– necesita atemorizar a los demás y llenar de palabras contradicentes lo que los hechos evidencian”. Para rematar: “Como carece de propuestas, solo enuncia reivindicaciones”.

Mientras, en Resistencia y ante la presidenta, el arzobispo Sigampa valoró algunas iniciativas del Gobierno como la Asignación Universal por Hijo para las embarazadas, una política en defensa de la vida que muestra explícitamente que “la solidaridad se está haciendo de forma concreta”.

En el nº 2.756 de Vida Nueva.

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