EDITORIAL VIDA NUEVA | La tentación de desacreditar el movimiento de indignación juvenil que ha tenido su epicentro en la madrileña Puerta del Sol ha sido muy fuerte desde su inicio. Y no pocos medios de comunicación se han dedicado con ahínco a ello, mientras crecía en paralelo la simpatía ciudadana hacia un colectivo al que, con desdén, considerábamos “generación perdida”.
Su irrupción en plena campaña electoral sembró más dudas sobre unas concentraciones pacíficas que pasaban de la Red a las plazas. Pero sería un grave error no verlas como el síntoma de un descontento de unos jóvenes que reclaman más protagonismo civil y más autenticidad en la gestión de la cosa pública. Sus dardos iban contra la clase política. Esta no puede ya darles la espalda.
En el nº 2.755 de Vida Nueva.
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ESPECIAL MOVIMIENTO 15-M
- A fondo: Los jóvenes católicos también están indignados
- Opinión: Algo está pasando, por Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia
- Opinión: Indignados. En muy pocas palabras, por José Mª Rguez. Olaizola, jesuita y sociólogo
- Opinión: Los jóvenes pasan a la acción, por Juan Mª González-Anleo, sociólogo
- Opinión: Lecciones desde la Puerta del Sol, por José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva
- Opinión: ¡Spanish revolution!, por Luis A. Gonzalo-Díez, cmf, director de Vida Religiosa
- La crónica del director: “Eminencia, no debe preocuparle España”, por Juan Rubio, director de Vida Nueva
- A ras de suelo: Misterio y trampas en Sol, por Juan Rubio
- El cardenal Sistach, a los políticos: escuchad lo que “pide el pueblo”
- Opinión: El 15-M y lo que queda, por Carlos Amigo, cardenal arzobispo emérito de Sevilla
- Editorial: Un año después, y seguimos indignados: recuerdo del 15-M