Grzegorz Galazka: “La imagen de Juan Pablo II beato ha sido la foto de mi vida”

Fotógrafo en el Vaticano y autor del tapiz de la beatificación de Wojtyla

DARÍO MENOR | Pocas veces un fotógrafo hace una instantánea en la que aparece una imagen fotografiada por él mismo con anterioridad. Esta suerte de matrioska visual la vivió el pasado 1 de mayo Grzegorz Galazka. Como los otros 300 reporteros gráficos acreditados, esa mañana Galazka disparaba sin parar su cámara durante la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II. Poco después de las 10:37 horas, cuando Benedicto XVI proclamó ante un millón de personas el ascenso a los altares de su predecesor, se desvelaba el enorme tapiz colgado en la parte central de la fachada de la basílica de San Pedro. Mostraba una imagen del Papa polaco en su plenitud, con una media sonrisa creciente y los ojos algo entornados.

“En ese momento casi ni pensé que se trataba de una foto mía. Estaba trabajando, intentando hacer las mejores fotos posibles, como siempre. Solo se me pasó un instante por la cabeza que había sido yo quien había tomado la imagen que mostraba el tapiz. No fui consciente del todo hasta que terminó la ceremonia y me di cuenta de que era la foto de mi vida”.

Esa instantánea, hecha por Galazka el 19 de febrero de 1989 en la parroquia romana de Santa María Mater Ecclesiae, en el barrio de Tor di Valle, era ya el símbolo de la beatificación de Juan Pablo II. Con su nueva forma de tapiz apareció al día siguiente en los diarios de medio mundo. “No creo que tenga una posibilidad igual de hacer una foto así, ni que a quien retrate sea un gran santo como Juan Pablo II”, explica el reportero gráfico.

La imagen, sin embargo, durante años estuvo olvidada en su archivo particular. “La belleza de una fotografía depende del uso que le quieras dar. Si se quiere mostrar al Papa que piensa o que lee, se utilizaría otra foto. Esta imagen tenía su propio significado, pero no era tan evidente”, cuenta. Prueba de este valor escondido es que diversos medios descartaron su publicación y prefirieron otras instantáneas del anterior Pontífice realizadas por Galazka.

Fue el postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II, el sacerdote polaco Slawomir Oder, quien le preguntó al fotógrafo hace alrededor de cinco meses si tenía alguna imagen apropiada para el tapiz que se estaba preparando entonces. “Ya había colaborado con el Vicariato de Roma en la revista Totus Tuus. La primera propuesta que les envié, les gustó; de hecho, la han utilizado en el Vicariato, pero hubo alguien que dijo que se veía al Papa demasiado anciano. Entonces, dediqué un día y medio a revisar todo mi archivo, desde 1985 hasta 1993, y elegí diez o quince fotos. Luego seleccioné 5 o 6 y el diseñador gráfico con el que trabajo me dijo cuál era la que iba mejor para el tapiz. Enviamos varias propuestas y, al final, eligieron la opción más sencilla. Respetamos el rostro y la ropa del Papa; solo se ha cambiado el fondo”.

Veinte años con Wojtyla

Galazka, reportero gráfico en el Vaticano desde 1985, católico y ferviente devoto de Juan Pablo II, no ha cobrado por la utilización de la foto. “Estas cosas se hacen de forma gratuita. Además, el prestigio que te da tiene más valor que todo el dinero que puedas pedir”, reconoce. “Estoy muy contento de que haya sido una foto mía la que se haya utilizado para la beatificación de Juan Pablo II. No pensaba que fuese a suceder, pero al final, si rezas y tienes esperanza, los deseos se cumplen”.

Nacido en Polonia hace 52 años, Galazka ha publicado más de 70 libros ilustrados con sus fotos en todo el mundo y ha colaborado con multitud de diarios y revistas, algunas de ellas españolas, como Vida Nueva, Abc o Tiempo. A Juan Pablo II le fotografió hasta el último día en que se asomó a la ventana de su apartamento pontificio, el 20 de marzo de 2005. Hoy sigue el mismo ritmo de trabajo con Benedicto XVI, al que acompaña en todos sus actos públicos y viajes.

EN ESENCIA

Una película: veo poco cine. Me gustan las películas cuando tratan una historia real y están bien hechas.

Un libro: solo leo libros relacionados con el Papa o el Vaticano.

Una canción: me gustan aquellas donde se entiendan las palabras.

Un deporte: el fútbol.

Un lugar en el mundo: Roma. Es la capital del mundo.

Un deseo no realizado: soy realista, no sueño cosas imposibles.

Un recuerdo de la infancia: cuando tenía ocho años y mi tío me regaló mi primera cámara de fotos. Ahí comenzó mi pasión por la fotografía.

Una aspiración: vivir de forma justa, sin hacer mal a nadie.

Una persona: Juan Pablo II.

La última gran alegría: cuando he entendido que esa era la foto de mi vida.

La mayor tristeza: la muerte de mi padre y la de Juan Pablo II.

Un valor: los valores de la fe cristiana.

Me gustaría ser recordado por… no lo sé. Todavía quiero vivir mucho.

En el número 2.755 de Vida Nueva.

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