Tres organizaciones religiosas estudian su ubicación en una sóla sede

La CRC, la CLAR y CONACED reflexionan y evaluarían la viabilidad presupuestal de lo que se convertiría en proyecto

Durante la pasada Asamblea General de Superiores Mayores Religiosos realizada recientemente en la capital colombiana, surgió una propuesta, la cual quedó planteada como uno de los desafíos para el futuro próximo de tres de las organizaciones religiosas más influyentes. Se trata de unir en una sola sede física a la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC), la Conferencia Latinoamericana de Religiosos de América Latina y el Caribe (CLAR) y la Confederación Nacional Católica de Educación (CONACED).

Estas tres entidades realizan por su cuenta múltiples eventos cada año, los cuales van desde seminarios, encuentros, congresos, foros y asambleas hasta jornadas de reflexión enfocados hacia distintos temas de la realidad desde la perspectiva socioreligiosa. La idea habría surgido entre los representantes de la CLAR y CONACED, los sacerdotes Gabriel Naranjo y José Leonardo Rincón respectivamente quienes previamente a su encuentro en la asamblea general la habían comentado como algo digno de plantearse por cuanto la inversión de recursos de todo orden que se hace para cada evento demanda un gran esfuerzo dentro de cada organización para tal propósito. La idea en efecto se ventiló y se dejó como tema de reflexión entre los 160 asistentes entre superiores generales, provinciales, delegados, presidentes de comisiones y seccionales.
La propuesta de una eventual convergencia en un solo espacio físico facilitaría no solo la logística de cada evento sino que reduciría sensiblemente los costos en que se incurren con el alquiler de distintos escenarios ubicados fuera de las sedes administrativas de cada organización, más los desplazamientos de los participantes que regularmente vienen de fuera de la ciudad. Todo esto termina por afectar los valores y por último el  costo de suscripciones para los mismos participantes. No obstante, la misma iniciativa de ubicar, comprar o construir una sede que reúna unas características acordes con los proyectos de cada organización implica igualmente una millonaria inversión para las entidades mencionadas por lo que será cuestión de tiempo para que cada comunidad religiosa evalúe su presupuesto y pueda darle cuerpo al proyecto.
Durante esta Asamblea también quedo clara la preocupación de los religiosos por los acontecimientos generales que vive el país en distinto orden. De hecho y como es costumbre la misma inquietud quedó plasmada en un documento de dos páginas que da cuenta de esta que fue la quincuagésima versión.
“La Vida Consagrada que peregrina en Colombia, busca transfigurarse hoy en nuestro país tejido de clamores de muerte y signos de vida: la violencia en todas sus manifestaciones, la creciente corrupción,  el desplazamiento forzado, el hambre, los desastres naturales en gran parte debido a nuestra irresponsabilidad frente al cuidado del planeta; las grandes tragedias que han ocurrido en nuestro mundo y una brecha cada vez más creciente entre unos cuantos enriquecidos ilícitamente y muchos empobrecidos indignamente” reza en uno de sus apartes el documento. Agrega también el mismo en otro de sus apartes  una voz de esperanza con la presencia de la vida religiosa en todas y cada una de las necesidades o sufrimientos que padece el país.
“No podemos olvidar que la muerte y el mal no tienen la última palabra, aún en medio de estas situaciones de fragilidad, fragmentaciones en lo económico, político y social. Queremos destacar algunos marcados signos de vida que hoy nos mantienen  firmes en la esperanza: pasos que se van dando en el compromiso profético de religiosos y religiosas, comunidades, especialmente femeninas, que desde su callada y generosa entrega, acompañan el caminar del pueblo desde los distintos ámbitos, siendo voz de los sin voz, allí en la frontera donde la vida clama; búsquedas coherentes en la dinámica de la intercongregacionalidad, nuevos carismas de vida religiosa nativa, reencuentro con la Palabra que da vida y sentido a la opción, compartir solidario de bienes y recursos no sólo económicos sino también humanos, en situaciones límite de catástrofes dentro y fuera del país”. VNC
TEXTO: JIMMY ESCOBAR G.
FOTO: VNC

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