Juan Pablo II “El gran comunicador”

RAMÓN ZAMBRANO

Sin lugar a dudas una faceta absolutamente atractiva del Beato Juan Pablo II, fue su gran capacidad de comunicar. Cualquier especialista en mercadeo y publicidad podría pensar que detrás de nuestro Beato, había un gran equipo de asesores pendiente de las palabras y gestos que en el momento oportuno y con una impecable producción televisiva, tenían que arrojar la imagen arrolladora de este Pontífice.

¿Qué hace que alguien comunique y se convierta en un signo profundo aun en situaciones complejas y definitivas como las que vivió el Beato Juan Pablo II (ancianidad, enfermedad y muerte)?. Me atrevo a decir que el drama de cualquiera que se expone a los medios o a lo público, es mantenerse vigente; hacer lo imposible por lograr que ni el tiempo, ni la vejez, ni los nuevos personajes, borren la imagen que se logró posicionar.
Por supuesto que ayudaron al Papa polaco, su paso por las tablas y por la cátedra para adquirir la talla de valioso comunicador, pero sin embargo, Juan Pablo II era un testigo auténtico, sin fisuras, absolutamente convencido de su misión y de la tarea que Dios le había puesto. Era un hombre con una  profunda intimidad con el Señor… Cuando eso existe, no es necesario buscar a los medios para que hagan noticias, los mismos medios buscan al que es noticia por su transparencia y su potente manera de irradiar la divinidad. Esta experiencia profunda del  amor de Dios, el Papa la manifestó en el respeto absoluto al hombre y a la mujer de nuestro tiempo, a su cultura y a su manera de “expresarse” como persona, comunidad y creatura.
Ser un gran comunicador es lo que le pedimos todos al nuevo Beato, más aun los que poseen autoridad y mando, porque si bien su rango y posición  ya comunican liderazgo, hay algo que comunica más: las convicciones profundas y la conciencia de tener una misión que hemos de cumplir hasta las últimas consecuencias.

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