La Asamblea del Episcopado brasileño traza sus directrices para los próximos cuatro años
GRAZIELA CRUZ BRASIL | Más de 300 obispos, entre ellos 40 eméritos, se reunieron del 4 al 13 de mayo en el Santuario de Aparecida (São Paulo), con ocasión de la 49ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB). Durante el encuentro, los prelados tuvieron oportunidad de “reflexionar sobre temas sociales, políticos, de la trayectoria de la Iglesia y de su futuro”, según desveló Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro y portavoz de la Asamblea. Tras debatir en torno a todo ello, se procedió a la aprobación de las Directrices Generales para la Acción Evangelizadora (DGAE) para los próximos cuatro años.
“Estamos trabajando para profundizar en la evangelización de los católicos a través de un proceso de iniciación a la vida cristiana coherente, para ayudar a nuestros fieles a tener una mejor adhesión a la fe en Jesucristo, a la Iglesia, a través de un mejor conocimiento de la misma fe”, subrayó en rueda de prensa el cardenal Odilo Pedro Scherer.
“No basta ser bautizado y ser [a la vez] analfabeto en la religión y en la fe –añadió el arzobispo de São Paulo–. Revertir esta situación es parte del trabajo que estamos proponiendo en esta Asamblea para los próximos cuatro años con estas nuevas Directrices”. El enfoque de la nueva evangelización en Brasil, por tanto, es “la formación de discípulos y misioneros, para ayudar a nuestra gente a tener experiencia en la fe”.
Otro de los retos de la Iglesia brasileña pasa por “mirar hacia la gente que sufre” y ratificar su opción preferencial por los pobres. “Por un lado, el país crece económicamente, pero, por otro, sigue viviendo esquizofrénicamente, con una gran riqueza concentrada y, al mismo tiempo, la miseria de tantos”, se lamentó Scherer.
En una de sus jornadas, la Asamblea eligió nuevo presidente de la CNBB para el próximo cuatrienio al cardenal Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida (ver recuadro), al que acompañarán el arzobispo de São Luís do Maranhão, Belisario José da Silva, como vicepresidente, y el franciscano Leonardo Steiner, obispo de la Prelatura de São Félix do Araguaia (Mato Grosso), como secretario general.
Matrimonio homosexual
Durante su reunión, los obispos debieron salir al paso de una polémica cuestión, pues el 5 de mayo el Supremo Tribunal Federal (STF) reconoció la unión estable de parejas del mismo sexo, equiparando sus derechos a los de las parejas heterosexuales que han firmado la unión estable. Ante tal resolución, la CNBB publicó una nota en la que expresa su malestar por la decisión de la Suprema Corte. “Nos preocupa ver que los poderes van más allá de los límites de su jurisdicción, como ocurrió con la reciente decisión de la Corte Suprema”, critica el texto, subrayando que el examen de dicha cuestión les correspondería a los parlamentarios, y no a los jueces.
Los pastores reafirmaron que, conforme a la doctrina de la Iglesia, el matrimonio entre hombre y mujer ha de ser la base de la familia, institución que debe ser reconocida y valorada. El texto episcopal aclara que las personas que expresan una preferencia por otras de su sexo no pueden ser víctimas de prejuicio alguno, pero insiste en que la unión entre homosexuales no es equivalente a la familia. “El matrimonio natural entre hombre y mujer, así como la familia monógama, es un principio fundamental de la ley natural”, añade la CNBB, para la que “igualar las uniones entre personas del mismo sexo a la familia es caracterizar erróneamente su identidad y amenazar la estabilidad de la misma”.
EL CARDENAL DAMASCENO, NUEVO PRESIDENTE
El nuevo presidente de los obispos de Brasil, Raymundo Damasceno Assis, de 74 años, fue elegido en segunda votación con el 71% de los apoyos (196), frente a los 75 de Odilo Pedro Scherer. El cardenal de Aparecida figuraba como favorito para suceder en el cargo al arzobispo de Mariana, Geraldo Lyrio Rocha, debido a su perfil conciliador, la proximidad al papa Benedicto XVI y el diálogo fácil con el Gobierno de Dilma Rousseff.
Nacido en Nueva Capilla (Minas Gerais), fue consagrado obispo en 1986. Desde esa fecha hasta 2003, fue obispo auxiliar de Brasilia. Un año después, se hizo cargo de la Arquidiócesis de Aparecida. Fue secretario general de la CNBB durante dos mandatos consecutivos, entre 1995 y 2003. En octubre de 2010 fue creado cardenal, y ha sido presidente del CELAM hasta la Asamblea General que este organismo celebra por estas fechas en Montevideo.
En el número 2.754 de Vida Nueva