Una muestra didáctica sobre su vida y su legado científico-humanista
En medio de los fuertes aguaceros que por estos días azotan a Bogotá, como a buena parte del país, resulta poco común observar a casi una treintena de niños, jóvenes, adultos y personas mayores, esperando pacientemente su turno para ingresar a las instalaciones del Claustro de la Enseñanza, en la Avenida Chile, a unos cuantos metros de la carrera Séptima. Desde el pasado 9 de abril, esta llamativa escena hace parte del paisaje urbanístico del lugar. Ni la lluvia ha podido contener la avalancha de ciudadanos, de todas las edades, que no quieren perder la oportunidad de aproximarse a la vida y obra de uno de los más reconocidos genios del Siglo XX: Albert Einstein.
Muchos consideran que esta Exhibición itinerante, organizada por el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Centro Cultural Skirball de Los Ángeles, es la mayor en su género. Cooltura Marketing se ha encargado de organizar el recorrido de Einstein por algunos países latinoamericanos y caribeños, como ya lo ha hecho con otras llamativas exposiciones, también de carácter interactivo: Bodies y Da Vinci.
El recorrido comienza en una pequeña “sala de espera”, prevista para quienes desean hacer su visita bajo la orientación del equipo guía. Sobre una pared de fondo negro sobresale el título: “10 preguntas que ahora podrás responder”. Difícilmente estas inquietantes cuestiones pasan desapercibidas. Desde el punto de vista pedagógico, este podría ser un rico recurso para evaluar las nuevas miradas que la exhibición comunica en torno a la figura de Einstein (ver recuadro).
En efecto, estas y otras inquietudes que súbitamente pueden emerger en la mente de curiosos y de acérrimos seguidores de Einstein, podrán esclarecerse en el transcurso de las 15 salas que hacen parte de la exhibición, en donde se presentan más de 100 elementos referidos al famoso científico judeo-alemán.
Todo comenzó con una brújula
Se dice que el pequeño Albert no era buen estudiante. A juzgar por su libreta de calificaciones, muchos podrían inferir que su rendimiento académico era demasiado bajo. Sin embargo, sobresalía con creces en matemáticas y ciencias. El suyo podría ser el caso de muchos “niños inquietos” que son tachados de malos estudiantes, hasta el día en que alguien descubre dónde está su veta, su pasión por el conocimiento. Muchos años después, Einstein confesó que “de hecho, es casi un milagro que los métodos modernos de educación todavía no hayan ahogado por completo la sagrada curiosidad por la investigación”.
Su carrera científica comenzó a los cuatro o cinco años de edad, como recuerda en sus notas autobiográficas, cuando su padre le enseñó una brújula. Este feliz acontecimiento despertó su imaginación, su curiosidad por entender los fenómenos, su necesidad por descubrir aquello que hasta entonces era oculto o no estaba suficientemente claro. ¡Y todo comenzó con una brújula!
Como autodidacta, Einstein se destacó por sus conocimientos en geometría a los 12 años, a los 16 publicó su primer artículo de ciencia y se doctoró en 1905, a la edad de 26. Ese mismo año publicó cuatro revolucionarios artículos científicos.
El científico
Desde sus años de adolescencia, Einstein mostró su particular personalidad científica: no frecuentaba las clases que no le interesaban, desconfiaba de la autoridad, no sólo cuestionaba a los profesores sino los conocimientos matemáticos y científicos de vieja data. Se cuenta incluso, que cuando estudiaba en el prestigioso Instituto Politécnico de Zurich (Suiza), nunca asistía a las clases que le “aburrían”, pero aprobaba los exámenes estudiando con los apuntes de su amigo Marcel Grossmann.
Cuando los científicos del siglo XIX no sabían mucho sobre el medio de propagación de la luz, al que llamaban “éter luminífero”, el joven Einstein se preocupaba por demostrar que la luz viajaba en ondas que se emiten desde su fuente. Tal era su fascinación por la naturaleza de la luz, que se preguntaba a qué velocidad viajaba. Más aún, ¿era posible viajar más rápido que la luz? En 1905 contestó estas preguntas con su Teoría Especial de la Relatividad, la teoría que revolucionó la comprensión del tiempo y del espacio. Allí afirmó que la luz siempre viaja a una velocidad constante. Este fue el comienzo de uno de sus logros más impresionantes: la Teoría General de la Relatividad. En 1907, el Anuario de la Radiactividad y la Electrónica, le solicitó un artículo en el que resumiera la teoría de la relatividad. El ensayo se tituló: “Sobre el principio de la relatividad y las conclusiones que de él se derivan”. La conclusión era la famosa ecuación: E = mc². Desde aquel momento, su nombre fue inmortalizado.
Por estos tiempos, se empleó en una oficina de patentes. Sólo hasta 1909 toma posesión de una plaza de profesor de física teórica en la Universidad de Zurich. Toda su vida ejerció la docencia en Universidades europeas y estadounidenses, al tiempo que continuó publicando sus descubrimientos. Años más tarde, con sus escritos sobre la teoría cuántica, aportó nuevos avances científicos. En 1921 recibe el Premio Nobel de física como expresión de reconocimiento científico internacional.
Muchos otros detalles de las facetas científicas del Nobel se encuentran representados en la Exhibición, a través de pósters, cuadros, videos, imágenes y, sobre todo, recursivos experimentos interactivos que son una verdadera proeza didáctica para ayudar a entender cómo funcionan las teorías de Einstein: un tablero interactivo para explicar la ecuación E = mc², una manta que reproduce el efecto de la masa de los cuerpos en el espacio y el tiempo, un reloj múltiple digital a manera de “máquina del tiempo”, una cámara oscura para explicar el fenómeno de los rayos x, un simulador de agujeros negros y hasta un novedoso futbolín que ayuda a comprender cómo los agujeros negros “devoran” la materia.
El humanista
Pero no todo es “física pura”. La Exposición también revela rasgos tal vez menos conocidos del rostro humano de Einstein. Su amor por la música clásica, su enorme sentido del humor, su conciencia de ciudadanía global, su militancia política a favor de los derechos humanos, su oposición a la carrera armamentista y total apoyo al desarme nuclear, sus búsquedas de reivindicación de la dignidad e identidad del pueblo judío perseguido por los nazis, su protagonismo en la fundación de la Universidad Hebrea de Jerusalén e incluso su declinación a la presidencia del estado Israelí, cuando le fue propuesta.
Einstein soñaba con un mundo mejor y apostó sus mejores esfuerzos por la paz mundial. En 1947 envió una carta a todos los delegados de las Naciones Unidas, en la cual afirmó que “…las Naciones Unidas son una institución supremamente importante y útil siempre y cuando los pueblos y los gobiernos del mundo comprendan que es sólo un sistema transitorio hacia la meta final: mantener la paz…”.
Sorprenden sus manuscritos, no sólo científicos, sino aquellos que permiten explorar las entrañas humanas del denominado “personaje del siglo XX”, según la revista Time. En su archivo de correspondencia recibida aparecen decenas de cartas que los niños del mundo entero le escribieron. Se conserva también copia de las respuestas que Einstein dio a muchos de ellos. Puede ser esta una de las razones que llevó a los organizadores a crear esta Exposición itinerante al alcance de todos, especialmente de los niños.
Finalmente, una buena noticia. La exhibición continúa y próximamente estará también en Cali y Medellín. ¡Vale la pena visitarla! VNC
Diez Preguntas que podrás responder sobre Einstein
1. ¿Einstein era un mal estudiante?
2. ¿Recibió el Premio Nobel por la teoría de la relatividad?
3. ¿El tiempo corre de manera igual para todos?
4. ¿Qué hizo famoso a Einstein?
5. ¿La materia es lo mismo que la energía?
6. ¿Participó Einstein en la fabricación de la bomba atómica?
7. ¿Estuvo a punto de convertirse en el Primer Presidente de Israel?
8. ¿Es posible viajar más rápido que la luz?
9. ¿Cuál era su verdadera nacionalidad?
10. ¿Logró explicar todos los fenómenos físicos con una sola teoría?
Infórmese:
www.einsteinlaexhibicion.com
TEXTO: OSCAR ELIZALDE
FOTOS: EINSTEIN LA EXHIBICIÓN
