El Papa reclama “la solidaridad de todos” para acoger a los refugiados de las revueltas árabes

Oriente Medio y el norte de África centran el mensaje de Pascua 2011

VIDA NUEVA | Oriente Medio, el norte de África, Costa de Marfil y Japón han protagonizado el mensaje de Pascua que Benedicto XVI pronunció ayer, 24 de abril, Domingo de Resurrección, ante decenas de miles de personas que se agolpaban en la Plaza de San Pedro. Desde el balcón central de la Basílica vaticana, el Papa ha asegurado que Cristo “ha muerto a causa de nuestros pecados de hoy, y ha resucitado también para redimir nuestra historia de hoy”.

“Mi mensaje [titulado En tu resurrección, Señor, se alegren los cielos y la tierra] quiere llegar a todos y, como anuncio profético, especialmente a los pueblos y las comunidades que están sufriendo un tiempo de pasión, para que Cristo resucitado les abra el camino de la libertad, la justicia y la paz”, ha dicho el Papa.

Benedicto XVI ha pedido que “la luz de la paz y la luz de la paz y de la dignidad humana venza a las tinieblas de la división, del odio y la violencia” en Oriente Medio. Deteniéndose particularmente en Libia, el Pontífice espera que “la diplomacia y el diálogo ocupen el lugar de las armas” y que “se favorezca el acceso a las ayudas humanitarias a cuantos sufren las consecuencias” de la actual contienda.

Refugiados

El Papa Ratzinger ha vuelto a demandar “la solidaridad de todos” con las personas que están huyendo de las revueltas en los países del norte de África y Oriente Medio. “Que los hombres de buena voluntad se vean iluminados y abran el corazón a la acogida, para que, de manera solidaria y concertada se puedan aliviar las necesidades urgentes de tantos hermanos”.

Además, añade que, tanto en Oriente Medio como en África septentrional, todos los ciudadanos, especialmente los jóvenes, deben esforzarse por “promover el bien común” y “construir una sociedad en la que la pobreza sea derrotada y toda decisión política se inspire en el respeto a la persona humana”.

Igualmente ha tenido palabras para las poblaciones de Costa de Marfil, “donde urge emprender un camino de reconciliación y perdón para curar las profundas heridas provocadas por las recientes violencias”.

Para Japón, que todavía afronta las dramáticas consecuencias del terremoto del 11 de marzo, el Papa desea que “encuentre alivio y esperanza, y lo encuentren también aquellos países que en los últimos meses han sido probados por calamidades naturales que han sembrado dolor y angustia”.

Descargue el mensaje de Pascua 2011 íntegro (PDF).

En el nº 2.751 de Vida Nueva (crónica vaticana completa para suscriptores).

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