Más albergues temporales para damnificados de Gramalote

Diócesis de Cúcuta adquirió terreno de 30 hectáreas para habilitarlo

Mientras el invierno pareciera amainar en algunas regiones del país (en el sur, según el IDEAM), no ha ocurrido así en otras, razón por la cual, las diversas iniciativas y acciones de la Iglesia se continúan trabajando paralelamente con las autoridades locales y nacionales para mitigar los efectos de las lluvias, deslizamientos e inundaciones en distintas poblaciones.
Uno de los departamentos afectados es Norte de Santander, en donde la Diócesis de Cúcuta firmó el pasado 31 de marzo el acta de compra-venta de una finca, en cuyos terrenos se construirán 21 alojamientos temporales para las familias damnificadas por el invierno en el municipio de Gramalote la población más severamente afectada en esa zona.
El arzobispo de Nueva Pamplona y Administrador Apostólico de la Diócesis de Cúcuta, monseñor Luis Madrid Merlano, firmó el documento de compra – venta de la finca La Palestina, sector El Molino, ubicada en la vereda Valderrama a corta distancia del antiguo casco urbano del municipio afectado, actualmente casi en ruinas y con riesgo inminente de colapso general de sus edificaciones más representativas como el templo y la antigua sede de la alcaldía, cuyas columnas siguen deteriorándose.
Sobre la importancia de este paso, el Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta informó que esta Jurisdicción Eclesiástica hizo un préstamo de 80 millones de pesos, recursos que serán cancelados con los fondos de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes 2011, “Más gente por mi gente”, en solidaridad con los miles de damnificados de la ola invernal. No está determinado aún con exactitud  cuánto tiempo podrían permanecer las familias afectadas.
Con la compra de ese terreno, cuya  extensión es de 30 hectáreas, se han fijado objetivos claros y en atención a sus necesidades de manera integral, de tal forma que  se restablecerá la animación pastoral del pueblo, se construirá una capilla para las celebraciones litúrgicas de la comunidad y la atención pastoral; se habilitará un espacio para brindar los servicios de la administración municipal; se abrirá un lugar de comercio donde los campesinos puedan comprar y vender sus productos; y se construirá alojamientos temporales para 21 familias gramaloteras, las cuales permanecen  en condiciones de hacinamiento.
Una de las situaciones que se ha garantizado es que la reubicación de parte de los afectados, va a ser en un área que no representa riesgo alguno en materia geológica. El terreno cuenta con vías de acceso y adecuadas fuentes hídricas, que cumple con las condiciones topográficas requeridas por el Instituto Colombiano de Ingeniería y Minería (Ingeominas).
El pasado 10 de abril se hizo presente la ministra de Vivienda y Medio Ambiente, Beatriz Uribe Botero, momento en el cual la comunidad pudo enterarse de todas las gestiones que además de la Iglesia han venido realizando Colombia Humanitaria, la Gobernación, la Alcaldía, el SENA y el Gobierno nacional.
“Gramalote se quedará en Gramalote y vamos a ser capaces de refundar el municipio. Yo no me comprometo con tiempos, sería irresponsable, porque este es un proceso de largo alcance, pero seguiremos trabajando de sol a sol para garantizar que todos tienen un destino cierto”, afirmó la ministra públicamente y ante la comunidad afectada. Las autoridades esperan establecer con los datos previamente recogidos, un censo real de la población y así evitar que las ayudas se queden en manos de timadores. VNC
TEXTO: VNC CON INFORMACIÓN DE PRENSA DE LA CEC
FOTO: VNC

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