Editorial

A vueltas con el catecumenado

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EDITORIAL VIDA NUEVA | La Cuaresma era el tiempo propicio para el catecumenado en la Iglesia pimitiva. Es oportuno, como lo ha decidido la Subcomisión Episcopal de Catequesis, abordar este año, en sus jornadas de delegados, una cuestión tan importante como necesitada de revisión y puesta al día desde la vida diocesana y no solo desde la óptica de movimientos en particular. Precisamente, su objetivo es potenciar su restauración en cada parroquia, en cada diócesis. Lo dice el Concilio Vaticano II y lo exige una sociedad secularizada que, con probabilidad, dejará de bautizar a sus hijos, si es que no lo hace ya.

Y serán, precisamente, esos hijos a los que la comunidad cristiana tendrá que evangelizar y ofrecer un itinerario, un camino en el que se adhieran a Jesús y afirmen que desean seguirlo. Un camino de fe, que alcanzaría su cima con el bautismo. Esta situación, y la respuesta que es el catecumenado, nos recuerda a los primeros cristianos y, sin embargo, está a la orden del día.

Es una tarea que ayudaría a la revitalización de la Iglesia, a contar con cristianos adultos con una experiencia de fe, y a potenciar el compromiso de los ya bautizados. Podría ser el desencadenante de la deseada primavera eclesial. Por ello, conviene estar preparados, trabajando sin descanso en llevar a Dios a cada persona, en descubrirle sus misterios para que viva la fe y no la aprenda simplemente. Se trata de presentar una fe atractiva, como en sí misma lo es. De esto se trata: de llevar la Buena Noticia. Pero este impulso al catecumenado –conviene recordarlo– no restará el valor del bautismo de los más pequeños, que seguirá manteniéndose, ni la posterior catequesis.

Parece que están poniéndose las bases de esta realidad antigua, pero cuya aplicación puede ser muy útil para la Iglesia de hoy. Falta ahora un plan, un proyecto, unas directrices. Serán los obispos los que tengan que hacerlo, en colaboración con el Pueblo de Dios. Una buena iniciativa el estudio de este tema.

En el nº 2.749 de Vida Nueva.

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