“La Iglesia nos pide mucho, pero no nos respalda tanto”

Mérida-Badajoz alberga las XVII Jornadas de Profesionales Sanitarios Cristianos

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | La Archidiócesis de Mérida-Badajoz albergó, del 1 al 3 de abril, en Gévora, las XVII Jornadas Nacionales de Profesionales Sanitarios Cristianos (Prosac). Los alrededor de 85 participantes, rovenientes de toda España, compartieron experiencias comunes, entre otros aspectos, las relativas a “su forma de afrontar los conflictos morales” con que se encuentran en su trabajo diario. Una de las organizadoras del congreso, Julia Pacheco, enfermera en el Hospital Universitario Infanta Cristina, en Badajoz, insiste en su “complicado” papel ante situaciones de aborto o eutanasia, que suponen un claro “choque” respecto a su conciencia cristiana. “Peleamos mucho. Nos plantamos, podemos patalear…, pero el problema es que has de saber hasta dónde puedes llegar, pues hay directrices que vienen de arriba, desde las instituciones políticas. La Junta, que lleva desarrollando una determinada política desde hace 27 años, marca lo que hay que hacer en los centros públicos, y no te puedes negar”, se lamenta.

Una posible solución, apunta José Manuel Álvarez, el responsable de la delegación diocesana de Salud de Mérida-Badajoz, y también uno de los organizadores de las jornadas, podría ser la regulación de la objeción de conciencia, un “derecho” que, en su opinión, podría beneficiar “a creyentes y no creyentes”, pues son muchos los profesionales sanitarios que “saben que no podemos manejar la vida a nuestro antojo. No podemos acelerar ni anticipar nada, sino que hemos de estar al servicio de la vida en todas las etapas: al nacer, al morir y en el resto de cuidados en la enfermedad”, como pueden ser los paliativos. Sin embargo, tal y como reconoce, la cuestión de la objeción de conciencia no fue debatida en las jornadas, que fueron, ante todo, “un espacio para compartir experiencias, predominando lo testimonial antes que las reflexiones en profundidad”.

Compromiso y coherencia

Uno de los temas que sí fue abarcado es el de qué les pide la Iglesia y qué les ofrece a los profesionales sanitarios cristianos, siendo esta pregunta el núcleo de la ponencia de Rafael Palmero, obispo de Alicante y responsable de la Pastoral de la Salud de la CEE.

Por su parte, José Manuel Álvarez considera que la Iglesia les solicita “lo que a todos los cristianos: que sean honestos, serios y responsables en su trabajo; que respeten a las instituciones y a las personas a las que les ha sido encomendado su cuidado, manteniendo con ellas una actitud de sencillez y servicio”. Entre las situaciones más especiales, advierte, está la atención a los ancianos abandonados y los enfermos en cuidados paliativos. “El nuestro es, muchas veces, un servicio de impotencia”, concluye.

Julia Pacheco se muestra algo más autocrítica: “La Iglesia nos pide mucho, pero luego nos nos respalda tanto”. Explica que “el apoyo moral es claro, pero no lo es tanto a la hora de reivindicar aspectos concretos que nos afectan en nuestro día a día”. Al menos, esa es su particular percepción, tras 20 años de experiencia laboral, de lo que ocurre en Extremadura: “La presión de la Junta hace que este tema esté muy politizado”.

En lo que sí se sienten plenamente apoyados es en el acompañamiento de los capellanes hospitalarios. “Su disposición es siempre completa. Les puedes llamar de madrugada ante casos de urgencia, ayudándonos también en cuestiones médicas, como sostener gasas o taponar heridas”, destaca Pacheco.

Jesús, modelo de sanación hoy

Una de las conferencias que mayores reconocimientos despertó en las Jornadas Nacionales fue la titulada Jesús, modelo de sanación para todo profesional sanitario, pronunciada por Marta López Alonso, enfermera y doctora en Teología Moral. José Manuel Álvarez, en línea a lo expuesto por la ponente, cree que “hay que redescubrir a Jesús y el mensaje que nos dio de salud y sanación, y no de muerte y sufrimiento. Él va por delante de nosotros, nos guía a la hora de atender al enfermo y ayudarle a que se reconcilie con su enfermedad, así como a explicarle que Dios le quiere y que hay vida más allá del cuerpo”. “Aún queda mucho por redescubrir en este papel de Jesús”, concluye el delegado de Salud de Mérida-Badajoz.

En el nº 2.749 de Vida Nueva

Compartir