CONFER Joven busca ser una red de “fraternidad”

La nueva delegación en Valladolid se une a otras seis ya existentes

El Colegio La Salle acogió el encuentro fundacional

(M. Á. Malavia) Pese a que cada vez sea menor el número de sus miembros, la familia CONFER (Conferencia Española de Religiosos) crece en diversidad y concreción de sus apuestas. Un claro ejemplo es la CONFER Joven, que, desde el pasado 9 de febrero, cuenta con una nueva delegación en Valladolid, y que se une a las ya existentes en Sevilla, Burgos, Valencia, Salamanca, Madrid y Granada.

El Colegio La Salle acogió el encuentro fundacional, en el que también participaron jóvenes religiosos de Palencia y, a través de videoconferencia, de Burgos y Salamanca. Tal y como explicaron sus miembros en una nota posterior, pretende ser “un espacio para consagrados jóvenes, de votos temporales o de votos solemnes-perpetuos, pero menores de 40 años, donde vivir la fraternidad y el encuentro en torno a Jesús y su Evangelio”.

Pedro Botía, coordinador de la Delegación Centro (Madrid), explica que el proyecto, “enmarcado al 100 % dentro de CONFER”, busca ser “un ámbito específico para los jóvenes religiosos, buscando el encuentro, el unirnos en la formación y la oración y, en definitiva, el caminar juntos”.

De carácter intercongregacional, un objetivo preferente es “trabajar en red, compartiendo deseos y propuestas”. Algo a lo que también contribuyen los Encuentros Nacionales de Vida Religiosa Joven, que se celebrar cada dos años desde 2003. “A raíz de estos –explica Botía–, surgieron las delegaciones de Burgos y esta de Valladolid”.

Formación y Oración

Fruto del ambiente de fraternidad que se pretende generar, tal y como explicaron los miembros de la nueva delegación vallisoletana en su nota, es el diseño conjunto de las actividades que llevarán a cabo durante este primer año de vida, y que tendrán como referencia “la formación, la oración y el compromiso en la acción y el ocio”.

Aunque aún no hay una previsión cerrada y concreta de cuál será su núcleo de proyectos, pues este primer encuentro fue ante todo un modo de “conocerse” y de “ir poniendo las bases y cimientos de una obra que aún está por dar mucho fruto”. Lo que sí especificaron fue su objetivo fundamental: “Fomentar la dimensión cristiana, humana y comunitaria que cada uno experimenta según su propio carisma en un mismo Espíritu”.

En el nº 2.746 de Vida Nueva.

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