Guadix despide a don Juan García-Santacruz

El obispo emérito fue enterrado ayer en la Catedral accitana

(Manuel Amezcua, delegado diocesano de Piedad Popular, Hermandades y Cofradías de Guadix-Baza. Foto: Diócesis de Guadix) El fallecimiento, no por previsible menos triste, de nuestro obispo D. Juan García-Santacruz ha impactado la conciencia de la Diócesis de Guadix, al menos en un doble aspecto. Por una parte se nos va, como en un vuelo, la querencia del trato con alguien que rezumaba la castellana llaneza de la bondad siempre a punto; y, por otra parte, desaparece de nuestra vida un testigo de la solidaridad, creador, entre otras grandes obras, del Albergue del Transeúnte de Guadix, la residencia de ancianos de Huéneja y el Proyecto Hombre.

Estoy seguro de que la gratitud por su sincera bondad llenó la Catedral accitana de cardenales, arzobispos y obispos, multitud de sacerdotes y religiosos, amén de un numerosísimo laicado, de Guadix y Toledo, principalmente.

Un elegante servicio, tanto en el duelo y la capilla ardiente instalada en el Palacio Episcopal y en el propio funeral, fue el de abundantes miembros de las hermandades y cofradías.

Acaso, el más hondo agradecimiento fuera el de las madres cuyos hijos han sido rehechos desde el horror de la droga, pues tengo para mí que uno de los peores males que pueden asolar a una familia es, precisamente, el monstruo de las narco-dependencias. No es casualidad que la comunidad terapéutica del Proyecto Hombre decidiera denominarse con el nombre del buen Obispo.

Todo ello fue destacado por don Ginés García Beltrán, en una hermosa homilía: la Diócesis le debe 28 ordenaciones sacerdotales en tiempos no fáciles, fruto de sus desvelos por el Seminario; un museo catedralicio renovado; una vitalidad constante de los Cursillos de Cristiandad

Ayer, 14 de marzo, la Catedral de Guadix se vistió de esperanza, en una celebración de Acción de gracias a Dios, por un toledano de Navahermosa, sacerdote desde 1956, buen cura párroco y Vicario General de Toledo, regalado a Guadix en 17 años de pontificado fértil.

En el nº 2.746 de Vida Nueva (artículo íntegro para suscriptores, aquí)

Compartir