Monseñor Julio César Vidal

Una oportunidad para los bandidos

Cuando se adelanta una campaña militar sobre el departamento de Córdoba como consecuencia de la relevancia que a nivel nacional cobró inicialmente el homicidio de la pareja de universitarios bogotanos (Margarita Gómez y Mateo Matamala) y posteriormente de los jóvenes lugareños (Silvia Mora y Juan Carlos Ariza), casos que para los cordobeses son apenas una muestra de lo que ha venido ocurriendo de tiempo atrás, el obispo de Montería, monseñor Julio Cesar Vidal, vuelve a poner en consideración la posibilidad de acercamiento con las bandas criminales que se han formado como saldo de los antiguos grupos paramilitares y que otrora influían en toda la región Caribe. Monseñor Vidal explicó en detalle para Vida Nueva el alcance de la iniciativa que se origina desde las propias organizaciones, las cuales han buscado la atención del obispo de Montería como facilitador de un deseado contacto con el Gobierno nacional para entregarse. Aunque dice que no pudo hablar directamente con el presidente Santos en su visita al episcopado en pleno, la reacción oficial del Gobierno, no ha sido favorable a un proceso similar al realizado con los antiguos movimientos paramilitares.

¿Qué lectura tiene de la militarización de Córdoba?

No cabe duda que esto es fruto de una descomposición social que tiene sus causas, la primera de ellas es la lucha por las rutas del narcotráfico, eso es lo que ha enfrentado en estos dos años las diferentes bandas… que ha traído como consecuencia tantas muertes, casi seiscientas el año antepasado y otro tanto este año… y hay muchos ingredientes en esto y uno de esos es la injusticia en que vive tanta gente, la falta de oportunidades, de trabajo… eso hace parte de lo que estamos viviendo, por eso la respuesta tiene que ser integral, no cabe duda que tiene que haber una respuesta militar como se está haciendo con la presencia del ejército, de la policía… pero eso tiene que ir acompañado de una propuesta que busque reivindicar a estos campesinos y que se les permita vivir de una mejor manera su vida, su existencia; que tengan acceso a la educación… a poder cultivar, sacar sus productos… todo esto forma párte de la superación del problema actual que por cierto nos duele en el alma pues cada persona que muere es como un flechazo en el corazón.

El año pasado usted expuso como fórmula el diálogo con las bandas criminales que azotan a Córdoba y buena parte de la región Caribe, ¿por qué  insiste nuevamente  en esa tesis?

Creo que es la única tesis acertada para afrontar y superar un problema de esta naturaleza, eso es lo que hay que hacer con las FARC, el ELN y con estas personas. Yo espero que estos hermanos, así los llamamos porque también son hijos de Dios, se den cuenta del mal que se suscita en las comunidades por culpa de ellos, den un paso hacia la reconciliación del país y se entreguen al Gobierno.

El Gobierno ha dicho que estos son simples criminales y no debería hacerse otra cosa que someterlos a la justicia sin consideraciones adicionales.

Ellos lo que me han manifestado a mí es que no están pidiendo ni mesas de diálogo ni leyes especiales sino un espacio y eso hay que darlo… ellos no son uno, dos o  tres… son más de cinco mil personas, hay que crearles unos espacios adonde ellos lleguen y se entreguen y donde a ellos se les responda de alguna manera. Entonces me parece que es una mala comprensión de la propuesta de ellos, no es una mesa de diálogo como se hizo con las autodefensas, no es pidiendo una ley especial… pero sí quieren un espacio especial donde expresarle al Gobierno, tendrán que decirle algunas cosas y donde escuchar del Gobierno un tratamiento justo, digno y personal.

En ese sentido ¿qué diferenciaría a las bandas criminales de los grupos de autodefensa, le parece que sean lo mismo?

No, hay una diferencia grande, los paramilitares eran una organización con estructura e ideología, las autodefensas iban contra la subversión, contra las FARC, contra el ELN y en muchas ocasiones estuvieron luchando juntos con el Ejercito, por eso los denominaron paramilitares, ahora no… ahora son bandas de narcotraficantes que si se alían con unos o con otros da igual, solo les interesa sacar su producto, enviarlo y recibir el dinero.

¿Por qué merecerían diálogo entonces?

O sea, no es diálogo entonces… es que los acojan pues… cambie la palabra diálogo por acogerlos… ellos solo quieren que se les abra un espacio, que la Iglesia les ayude a abrir un espacio para ellos entregarse al Gobierno… han dicho entregarse ellos, entregar rutas y entregar cultivos… han dicho también que (emplea sus términos) si nos tienen que extraditar que nos extraditen.. no queremos que esto se convierta en otro México y esto sería incontrolable si no lo paramos. Queremos contribuir a la paz entregándonos al Gobierno.

¿Qué tan frecuente es la comunicación con usted?

Ellos continuamente han estado a través de este servidor comunicándose con la Iglesia sobre este aspecto. Y sí les creo. En una conversación con el exvicepresidente Santos, me preguntó: Monseñor ¿no lo estarán engañando? Y dije yo: Son tontos si me quieren engañar… por qué me engañarían a mí… ¿quién soy yo? Yo no les puedo dar seguridad ni militar ni jurídica ni de ninguna clase… por eso digo que lo de ellos va en serio.

Se habla de las bandas criminales, pero en concreto ¿a quiénes se ha referido usted?

Me refiero a los urabeños, me refiero a los rastrojos, me refiero a los paisas y las águilas negras,  aunque ahí hay unas mezclas muy grandes, pero me refiero a los jefes de estos grupos.

¿Ha tenido contacto personal con los jefes de estas bandas?

No, nunca, pero me han llegado comunicados, me han escrito y me han manifestado no solo una vez, sino varias veces su deseo con respecto a que la Iglesia les ayude para entregarse al Gobierno. ¿A qué aspiran ellos? Que el Gobierno, me imagino yo, aplique una ley por entregarse; que se yo, que tenga en cuenta alguna cosa. No puedo decir más porque no hemos estado en una mesa de negociación ni conversando directamente, solo recibiendo la decisión en cuanto a que la Iglesia les ayude a abrir un espacio con el Gobierno para entregarse con dignidad.

¿Logró hablar con el presidente Santos?

No dialogué con él, pero él sí hizo alusión al tema y se mantuvo en lo expresado: que siempre y cuando sea para someterse a la justicia pues bien. VNC

TEXTO: JIMMY ESCOBAR G.

FOTO: DIÓCESIS DE MONTERÍA, ARCHIVO SM

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