Argentina y Roma, frente a frente sin intermediarios

La cúpula episcopal visita al Papa y la Curia en un año clave para la Iglesia y el país

La anterior directiva de la CEA durante su última visita a Benedicto XVI en 2007

(Washington Uranga) A lo largo de toda una semana se extendió la reciente visita al Vaticano de los cuatro obispos que conforman la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), encabezada por el cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. El momento más importante de la misma fue el encuentro celebrado con Benedicto XVI, a quien los prelados le expresaron “el clima de fraternidad y comunión episcopal de la Iglesia en Argentina”, según consignó oficialmente la Oficina de Prensa de la propia CEA en Buenos Aires.

Aprovechando tal oportunidad, dice el comunicado oficial, Bergoglio y quienes le acompañaban pudieron “confirmar el vínculo filial con el Papa y con la Santa Sede”. Durante esos días, mantuvieron también una reunión con el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano.

Reunidos en Asamblea Plenaria el pasado mes de noviembre para trabajar sobre la colegialidad episcopal, los obispos argentinos decidieron entonces, de manera casi unánime, que sus máximos representantes viajaran a la Santa Sede con el fin de informar sobre la situación de la Iglesia y del país.

Aunque nunca hubo información oficial sobre las razones expresas de este recorrido por los dicasterios vaticanos ahora concretado, sí se ha podido saber que el mismo estuvo motivado por diferentes versiones que habrían llegado hasta la Santa Sede informando sobre discrepancias internas de la jerarquía católica acerca de la estrategia adoptada para debatir públicamente en torno a la iniciativa legislativa que terminó legalizando en Argentina el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El nuncio apostólico en Buenos Aires, Adriano Bernardini, transmitió el año pasado a los pastores locales una lista de temas que calificó de “no negociables” para Roma, en su mayoría sobre cuestiones relativas a la moral católica en torno a la familia y la sexualidad.

En este contexto, el viaje de Bergoglio, acompañado por los vicepresidentes Luis Villalba (arzobispo de Tucumán) y José María Arancedo (arzobispo de Santa Fe), junto al secretario, Enrique Eguía Seguí (auxiliar de Buenos Aires), se ha interpretado como una forma de ofrecer información y puntos de vista directos, sin mediaciones, a los máximos organismos de la Curia romana y al propio Benedicto XVI.

También se ha de tener en cuenta que Argentina está atravesando una etapa preelectoral (los comicios presidenciales y legislativos se celebrarán en octubre próximo) y otro de los temas “no negociables”, como es la despenalización del aborto, aparece en los programas de varias fuerzas políticas.

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