LOS JÓVENES, MOTOR DE CRECIMIENTO SOSTENIDO

JOSÉ MARÍA ARNAIZ

Las transformaciones políticas y económicas del último decenio están a la vista. Marcan el rumbo y el ritmo de los pueblos y se convierten en sus grandes retos. ¿Cuáles de éstos son los que decaen y cuáles siguen siendo hegemónicos, y por qué? Predominarán en la escena mundial las naciones con muchos jóvenes.

Donde hay una población anciana –es el caso de la Unión Europea; Japón, que tiene también una población envejecida; Rusia, que pasa por una catastrófica disminución de sus habitantes–, nos encontramos con países sin fuerza laboral y sin proyecto viable. En cambio, en los próximos decenios, EE.UU. está lejos de perder su predominio. Sus fuertes competidores no serán los países a los que nos hemos referido; lo serán las naciones con fuerzas vivas abundantes: Brasil e India. Las ventajas están en que ellos registran la mayor fertilidad entre las naciones desarrolladas y, además, cuentan con generosos recursos naturales y fuentes de energía; EE.UU. está abierto a la innovación, muestra escepticismo frente al rol del Estado y cuida la actividad privada. Por ello, creo que este país está lejos de perder su predominio hegemónico en los próximos decenios; sin duda que Brasil e India seguirán sus pasos.  La juventud pisa fuerte, mueve la economía y también la política. Es de esperar que estos países sean capaces de poner o mantener la casa en orden y definir el tipo de liderazgo mundial que aspiran a ejercer. Es de esperar, también, que los otros aprendan la gran lección: si no se favorece la vida joven, no se podrá marcar rumbo en la humanidad. La mayor fuerza con la que cuentan los países hegemónicos la constituye la población joven, que es promesa y es realidad. Lección que algunos viejos países deberían aprender antes de que sea demasiado tarde.

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