A DON SAMUEL EN SU PASCUA

Guido De Schrijver

Vivías equilibrándote en la cuerda floja entre Roma y Chiapas,

la Iglesia universal

y la idiosincrasia Maya,

el testimonio internacional

y la profecía en las aldeas,

entre la racionalidad

de la teología de liberación

y la religiosidad popular,

el pastoreo diocesano de los chiapanecos

y la acogida hospitalaria

de miles de refugiados guatemaltecos.

Mediador entre un gobierno oligárquico

y utopistas armados,

entre católicos liberadores y tradicionalistas,

sacramentalistas y costumbristas.

Patriarca y vagabundo,

te encontrábamos

en la cercanía geográfica

del mártir Oscar Arnufo Romero, semi-soñoliento

por el desfase de vuelos exhaustivos,

sin perder ni un apóstrofe

de las discusiones y decisiones.

Don Sam, mojón histórico,

“inmiscuidor” en nuestra historia solidaria, acompañante de nuestros compromisos, animador de nuestro caminar,

con tu ida te llevas

parte de nuestras propias vidas.

Tendremos que acostumbrarnos

a vivir sin esta

– nuestra – parte amputada,

fortalecidos por un recuerdo imborrable.

GDS – 25 de enero de 2011

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